Opinión

Dura lex sex lex

Leemos irregularidades y actuaciones incorrectas en los medios de comunicación que se han convertido en noticias cotidianas en los últimos meses; las más sonadas, aquellas en las que está implicado algún político. Por lo que nos dan a conocer, sobran razones para la intervención de los cuerpos de seguridad dedicados a la persecución del delito organizado, de los fiscales y jueces, aunque se comprueba que no es aplicable el Artículo 14 de la Constitución: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Y el ciudadano no lo comprende, leyes que para algunos no existen e incumplen presumiendo de ello, juzgados especiales, de tal modo que por una misma causa se juzgan e investigan de forma diferente y se llegan a "separar" causas de la principal que se sigue investigando. Para esas personas se finiquita rápidamente y se juzga.

La culpa, para unos, la tiene la no actualización de la ley; para otros, que en "caliente" no se puede legislar, entre otras razones de lo más variopinto. Lo real es que el juez carece de los medios que la Administración tenía que haberle dotado, ¿cuántos años esperando la actualización de esos medios?, ¿es que no hubo en todo este tiempo dinero, en lugar de destinarlo a proyectos cuestionados? El imputado o amigos consideran que no hay pruebas incluso antes de concluir la investigación, recusan al juez bien porque dicen que le tiene inquina, o porque según ellos tiene una ideología que no es la suya. Siendo desconocedor de todo lo relativo al derecho y la justicia, si es así ¿por qué no lo denuncian por prevaricación?, ¿lo hacen para dilatar más el proceso?

Sabemos que los órganos judiciales en muchos casos se han repartido en función de las "cuotas" de los partidos políticos desde mediados de los años 80 del siglo pasado. Por mucho que digan que hay que cambiarlo, ningún partido ha querido que vuelva la redacción inicial de las Cortes Constituyentes. No tienen prisas porque al final es más fácil decir que la culpa es del juez, aunque digan que acatan pero no comparten.

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