Opinión

T-SOLAR, SÓLO NOS QUEDA EL PATALEO

Como en otras ocasiones, nos quedamos sin una industria, inicialmente puntera y con porvenir, que se inauguró con el consenso de todos en el 2009 en el Parque Tecnolóxico. T-Solar recibió las subvenciones correspondientes, y lo mismo en años posteriores. Cantidades de varios millones de euros que son sustanciales, teniendo en cuenta el capital social que la propia compañía indica en su página web, y que debieron servir para algo. Se llegó con la ilusión de los primeros momentos: el sílice gallego iba a suponer lo que el petróleo para Catar.


Hoy tuvo lugar una manifestación de los trabajadores que van a incrementar el paro a través de un ERE, ya que la empresa T-Solar quiebra con 61 millones de euros. Invito al que esté interesado en que vea cuáles fueron las facilidades que se dieron para su instalación, ya que fue apoyada por los diferentes gobiernos. Su expansión ha continuado, como se puede leer en la información de la empresa, teniendo plantas y fábricas en operación, construcción y desarrollo en España, Italia, India, Perú, EEUU y Puerto Rico. Curiosamente los problemas en Ourense comenzaron cuando se anunció el fin de las prima a las renovables. Durante todo el año pasado comenzaron la suspensión de actividad, los ERE temporales; ahora, ya sin tiempo de reacción, un ERE por la totalidad de la plantilla, 170 personas que incrementarán el paro. Les queda el derecho al pataleo, y la duda de por qué son ellos los que tiñen que dejar de trabajar, como dice el presidente del comité de empresa, Isidro Blanco (UGT), no se entiende que haya transcurrido un mes desde la firma del expediente y no tuvieron ninguna reunión de estudio para ver la viabilidad, y eso que existen varias empresas interesadas, una de ellas la británica Sunfilm UK Limited, cuya oferta más firme es la del mantenimiento de los puestos de trabajo, el resto habrá que estudiarlo, lo mismo que las de otras empresas. Lo más penoso es que hayamos llegado al límite sin haber estudiado todas las posibilidades, y no sólo la del pataleo.


No es la primera, y temo que no sea la última. Las subvenciones no solucionan el problema, necesitamos empresas con compromiso y no como la que hablamos, que recibió alguna subvención para garantizar los empleos hasta el 2014, y se podría ir sin que pase nada.

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