Opinión

Jueves Santo. Tres regalos fundamentales

Antiguamente se solía decir aquel refrán: "Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Cristi y la Ascensión". Han ido pasando al domingo por exigencias sociales los dos últimos y unicamente queda el Jueves Santo que celebramos hoy como comienzo de lo más sagrado de la Iglesia, que es el Triduo Pascual. Y es importante esta fecha porque en ella se actualizan tres regalos que Cristo dejó a su Iglesia: Eucaristía, Caridad y Sacerdocio. Tres pilares íntimamente ligados. 

En la Eucaristía, después de la Consagración de la Misa, Jesús, como Dios, además de estar en todas partes aquí “es” el mismo con su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad. Es el tesoro más preciado para la Iglesia como sostén y apoyo para toda la vida cristiana. Sería imposible la Eucaristía sin el Sacerdocio que hace las veces de Cristo al consagrar. Es banquete, rememorando la Ultima Cena, pero también sacrificio actualizando el de la Cruz en el Gólgota. 

Pero el distintivo de los cristianos, en virtud de esos mandatos es la Caridad que es muy superior a la filantropía. El amor del cristiano es un mandato ineludible basándose en todo el mensaje del Nuevo Testamento. Ese amor, como recuerda San Juan en sus cartas, se basa en que somos hijos de un mismo Padre y por ello hermanos. Y es imposible amar al engendrado sin amar al Engendrador. 

Cierto que mentimos si decimos amar a Dios a quien no vemos si olvidamos a los que están a nuestro lado. Pero puntualiza más San Juan: Sabemos que es autentico el amor a los hermanos si amamos a Dios que es el Padre de todos. 

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