Opinión

Las vocaciones

Recientemente, con ocasión de la campaña vocacional, el obispo de Ourense ha publicado una interesante carta pastoral de la que el delegado para el Seminario, el hoy canónigo José Manuel Salgado, hizo un muy certero comentario a través de internet. Muy interesante sobre todo el tono que el nuevo prefecto de ceremonias utilizó de una manera certera y conectando con la audiencia. 

La carta del obispo Leonardo Lemos anima a profesores y familias del Seminario a no tener “miedo” de plantear el sacerdocio a los más jóvenes. Esta es la verdadera preocupación para la diócesis: ¡las vocaciones! Y en este día de la Misericordia bien está que pidamos algo tan fundamental como son las vocaciones en la Iglesia.

Por eso, el prelado aboga por mantener el Seminario y hacerlo crecer a pesar de la crisis vocacional que atraviesa la Iglesia en la provincia. Así lo manifiesta en una carta pastoral publicada con motivo del Día del Seminario. La misiva analiza la cada vez más acuciante escasez de vocaciones, que incluso ha llegado a plantear el cierre o el traslado de la institución formativa. 

El obispo subraya que “a pesar de las tormentas que afectan a las llamadas vocacionales”, entre otras, “el Seminario existirá siempre porque el ministerio sacerdotal es necesario para la vida de la Iglesia”. Apunta que, ante el “invierno vocacional”, ha llegado a surgir la idea de que “si en el Seminario no existe un número conveniente de seminaristas es mejor trasladarlos o integrarlos en otros”. En una reunión de los obispos españoles con el papa, este les llegó a advertir “del peligro de comunidades muy pequeñas, del sinsentido de un seminario con tres o cuatro seminaristas”.

Sin embargo, el obispo sostiene que “nuestro Seminario ni se cierra ni se traslada, ni nos vamos a otra parte… ¡el Seminario tiene que crecer!”. En la actualidad, según cifra en su misiva, existen 21 seminaristas en los dos seminarios de la diócesis: 11 en el Divino Maestro y una decena en el Redemptoris Mater. Son “muy pocos”, lamenta, al examinar la carencia de vocaciones en la actualidad. “No es solo una preocupación para el obispo y los formadores, sino para toda la Iglesia”, resalta. Por este motivo, llama a familias, catequistas y profesores -especialmente los de Religión- para tratar de favorecer las llamadas vocacionales. Incluso plantea ser “un poco más ‘agresivos’ en nuestra propuesta” y no tener “miedo” a plantear el sacerdocio a jóvenes, adolescentes y niños.

El papa Pío XII solía decir que la categoría de una parroquia se mide en el comulgatorio. Yo siempre añado que también en las vocaciones. ¿Qué formación y espiritualidad se imparte hoy en día en las aulas de Religión? Falta una verdadera escala de valores en la juventud actual. Se anteponen otras actividades: deporte, idiomas, música y otras muchas, postergando catequesis e incluso la misa dominical y así observamos las ausencias en los templos de mucha juventud. Al menos en España, porque en Portugal, por ejemplo…

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