Si algo es noticia en el transcurso de estos meses
pasados, es la renovación del Documento Nacional de Identidad y los problemas
que causa. Las largas colas y los madrugones de algunos me recuerdan la
ansiedad que le produjo a este país en los años 70 la subida del precio del
aceite. Hasta hubo una mujer muy precavida y ahorradora que llenó la bañera de
aceite, para tener más reservas en casa que las que pudieran tener los Estados
Unidos. Lástima que se le colara todo por el desagüe. Y si hay algo que no
debiera escasear nunca es el buen sentido del humor.
Resulta un tanto
raro que, debido a la alarma social creada por unos y divulgada por otros, haya
personas que tengan ganas de estar a las
3:30 de la madrugada haciendo cola para ser los primeros en coger número y
salir en la foto. De todos modos, es mucho mejor ser portada de un periódico
por eso, que por mandar callar a otro con más mala leche de lo supuesto, por poner
un ejemplo, y siempre es un buen motivo para ser un poquito más conocido en el
barrio o en el pueblo. Como no tengo por costumbre contar experiencias personales,
para eso ya nos llega con las Percepciones, comentaré lo que hay que hacer
para renovar el DNI sin hacer colas, en la experiencia de varios espabilados
que no tardaron ni 5 minutos en obtener número y ser atendidos.
Es posible que
muchos estén pensando en la suerte que pueden tener algunos por tener algún conocido en la sección, pero nada
más lejos de la realidad, ahora esas cosas no suceden..., todos somos iguales ante
la ley. La solución es mucho más sencilla. Evitando la época vacacional, te presentas
a recoger número dos horas antes de que cierren, verídico. Sin colas ni madrugones
te dan número y es posible que en un cuarto de hora estés feliz, con tu DNI
renovado en la cartera, o donde quieran ustedes guardarlo. Es por eso que me
parece excesiva la alarma que se ha suscitado, que lo único que provoca es que las
personas acudan masivamente, rompiendo todas las previsiones y generando un
caos colosal.
Ya lo dice el
refrán: A río revuelto, ganancia de pescadores.