Opinión

Expresión plástica del poder


La expresión plástica del poder en toda su extensión. Así ha sido toda la puesta en escena que en los últimos días hemos visto con motivo de la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI, desde el mismo momento del anuncio hecho por parte del ya anterior monarca y hasta la ceremonia celebrada en las Cortes. Ha respondido a una cuidada estrategia en la que han tenido enorme importancia los gestos, los símbolos y la estética, que es la materialización plástica del propio poder.

Estos días mucho se ha hablado, y aún se seguirá hablando, a propósito de estos acontecimientos que pasarán a formar parte de la historia de España. No ha sido un simple cambio de personas al frente de la Jefatura del Estado. La proclamación de un soberano entra dentro de la praxis ceremonial de alto nivel y en ella funciona lo que entendemos como protocolo de Estado.

Todo poder tiene un lenguaje y éste se muestra exultante y en todo su esplendor en las grandes ocasiones, como ha sucedido en éstas. Se magnifica con una tramoya, con una expresión plástica, con un minucioso ceremonial que va enfatizando las pautas en cada momento, exaltando personas en espacios.

Como en todo, la ejecución del protocolo no es sólo la aplicación de una normativa, hay mucha más casuística y hay una forma también de entender esa puesta en escena protocolaria, es ya una cuestión de interpretaciones subjetivas.

Se debatió a propósito de la ausencia del padre del nuevo rey y anterior monarca en el acto de proclamación; el emplazamiento de algunos invitados; la indumentaria elegida por Felipe VI para este magno evento; el gesto de la cesión de su sitio, por parte de Juan Carlos I a su hijo, en el acto de la firma de la sanción de la Ley de Abdicación; la conveniencia o no de haber invitado a representantes extranjeros; la sencillez de la propia ceremonia exenta de grandes boatos; la jura ante las Cortes sin ningún crucifijo…

Diversas opiniones que se irán difuminando, pues sólo nos quedará en la retina la visualización de toda la película vista la última semana y protagonizada por Juan Carlos I y Felipe VI y para la memoria: la fecha del 19 de junio como el día en que España recibió a un nuevo rey. Un rey para el siglo XXI y que tendrá que adecuar sus gestos a los nuevos tiempos. La monarquía española no es una monarquía rancia, pero su ceremonial de protocolo está asentado en la propia historia.

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