Juntos hacia una Iberoamérica más justa y sostenible” ha sido el lema de la XXVIII Cumbre Iberoamericana que ha reunido a más de 1.500 empresarios y empresarias de 22 países en Santo Domingo, República Dominicana.
En un contexto especialmente difícil como el que hemos vivido en los últimos años, con una pandemia que ha puesto a prueba las economías del planeta, así como el nivel de resiliencia y resistencia de los mercados mundiales; con un proceso de digitalización emergente que está cambiando la manera de trabajar y producir y con una guerra que ha puesto a prueba las estructuras geopolíticas globales, los líderes empresariales iberoamericanos se han reunido estos días en el que el poeta Pedro Mir definió como “el país colocado en el mismo trayecto del sol”. Acompañados en la última jornada por primeros ministros y su majestad, el rey Felipe VI, para definir las estrategias de cooperación entre los países que formamos parte de esta gran comunidad con vínculos comerciales y culturales y que abarca un mercado de más de 683 millones de personas.
En este clima de incertidumbre permanente, los líderes empresariales han fijado sus estrategias para que la comunidad vuelva a ser un espacio atractivo para las inversiones privadas, así como para fomentar un desarrollo sostenible que pueda mejorar el contexto socioeconómico de muchos de nuestros aliados, donde sigue quedando mucho recorrido en lo que a valores democráticos y libertad de capitales se refiere, generando una desconfianza que se refleja en la bajada de inversión extranjera que alcanza casi un 7% en los últimos años. Somos conscientes de que la estabilidad, la seguridad jurídica, el respeto al desarrollo humano y la libertad de capitales son elementos claves para generar confianza, un elemento clave si queremos que el foco de los grandes fondos de transformación se centre en nuestras comunidades.
La XIV edición de este encuentro ha puesto el foco en la innovación como pilar de desarrollo económico, la sostenibilidad, el compromiso social, la financiación y la igualdad de género así como en el mundo de oportunidades que abre el proceso de transición ecológica que forma parte de las agendas de todos los estados. Iberoamérica no solo apuesta por el turismo como palanca de desarrollo económico sino también por la digitalización de una economía llena de talento que ha convertido algunos de los países miembros en grandes potencias tecnológicas que exportan su “know how” a los grandes mercados internacionales. A lo largo de estas jornadas se ha aprobado la Carta Medioambiental Americana o Pacto Verde donde se recoge un compromiso de toda la comunidad en términos de respeto a la biodiversidad para hacer frente a una crisis climática y dejar así un mundo más sostenible a las nuevas generaciones.
La digitalización ha sido también la protagonista con la Carta de Principios y Derechos Digitales de Iberoamérica. Conscientes de que no existe igualdad de oportunidades para aquellos que no tienen las mismas herramientas de trabajo, los gobiernos y el sector privado se comprometen a invertir en procesos de digitalización que permitan no solo desarrollar el talento de nuestras sociedades sino también ser más competitivos en los mercados globales.
El mercado laboral ha sido también uno de los grandes temas de debate en la cumbre. Vivimos un cambio de ciclo al que algunos definen como una nueva revolución industrial pero que tiene un parámetro que lo hace diferente, y es el tiempo. En los próximos años el desarrollo de la IA, la robótica y el 5G van a cambiar un mercado laboral y obligarnos a asumir grandes retos públicos y empresariales para dotar a miles de personas de las herramientas y formación necesarias para seguir generando valor en la economía. De no hacerlo, corremos el riesgo de que miles de personas -que algunos expertos estiman en un 23%- puedan quedarse fuera del mercado laboral de manera permanente, con lo que ello implica para nuestras sociedades.
Las políticas de igualdad han tenido también un espacio relevante en este encuentro, asumiendo el compromiso firme de fomentar con políticas públicas y privadas un ecosistema que permita el desarrollo del talento de las mujeres así como la igualdad de oportunidades.
En un mundo cada vez más dinámico e interconectado es necesario establecer estrategias de cooperación que nos permitan ser competitivos en un mercado mundial cada vez más polarizado. La comunidad iberoamericana ha entendido que el verdadero desarrollo solo se puede definir como tal si este repercute en beneficio de sus sociedades, una comunidad que ha entendido que a mayor digitalización, mayor necesidad de humanismo, una comunidad, la nuestra, formada por 22 países que ha entendido que la solución puede pasar por una apuesta decidida por la comunidad iberoamericana.
