Opinión

Abrazar lo prohibido

Hasta hace relativamente poco tiempo, el consumo de alcohol era el hábito más peligroso para la salud que uno podía imaginarse incluso en las peores pesadillas, lo que obligaba al usuario a plantearse su renuncia pasándose a los refrescos azucarados que no contenían alcohol y estaban elaborados con sustancias inocuas hasta que la comunidad científica decidió estigmatizar el azúcar. La situación varió por completo hasta tal punto que consumir refrescos azucarados se convirtió en una permanente tentativa de suicidio y en esos mismos términos seguimos en esta fecha sin imaginar ni siquiera qué sucederá en un futuro cercano. La comunidad de Cataluña por ejemplo, ha decidido que las bebidas con azúcar se vendan un 20% más caro en su territorio que en el resto del país así que les ruego se lo piensen muy mucho antes de pedir allí una Coca Cola no sea que la consumición les salga al mismo precio que su billete del AVE.

Con los protocolos de hoy mismo, es mucho peor tomarse un zumo de naranja embotellado que medio litro de vino y de hecho un reciente estudio efectuado por cierta prestigiosa institución médica del Reino Unido especifica que un vaso de vino al día no solo no es perjudicial para el ser humano sino que, muy al contrario, es rotundamente benéfico. Va bien para los riñones, el corazón, el cerebro, la musculatura, el órgano genital y el vientre, si bien el estudio no especifica si todas las  marcas y cosechas producen tan beneficiosos efectos. A mí particularmente no me gusta el vino ni siquiera esos caldos carísimos que consumen los entendidos, y me he sentado a esperar los resultados de un nuevo estudio dietético que vuelva a maldecir el morapio como antaño. El problema ahora es que me estoy quedando sin munición y al final uno va a tener que acogerse específicamente al consumo de bicarbonato como bebida única porque el resto será penalizado incluyendo el agua mineral obtenida en las más cristalinas fuentes serranas. Estamos inmersos en una carrera para determinar quien desaconseja o incluso prohíbe más cosas y para elegir quién nos lo pone todo más difícil.

Supongo que pienso disparates pero estoy considerando la posibilidad de engullir todo lo no permitido. De morir, morir sonriendo.

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