Opinión

Las de Caín

Es difícil o tal vez es imposible, encontrar un partido tan condenadamente cainita como el PSOE por más que uno busque entre las entretelas de las formaciones políticas presentes en los países democráticos. Un amigo mío me recuerda al respecto que el PSOE es así de cruel consigo mismo desde al menos su refundación. Desde que un elegido grupo de jóvenes rogelios de buena formación burguesa y europeizada llegó a la plácida villa francesa de Suresnes para construir –con el tácito beneplácito de las autoridades pos franquistas españolas- una nueva izquierda homologable y lógica, necesario contrapeso de la nueva derecha que brotaba a su vez recogiendo en su construcción todo lo aprovechable que asomaba la cabeza por esa banda. Monárquicos, autonomistas, socialdemócratas, azules, democristianos…

Los chicos de Suresnes –Felipe González, Pablo Castellanos, Alfonso Guerra, Guillermo Galeote, Manuel Chaves o Nicolás Redondo- hubieron de decapitar a los viejos custodios de la marca para apropiarse de las siglas y allí quedaron sobre el terreno los huesos blanqueando de Rodolfo Llopis y la vieja guardia. Fue la primera guerra fratricida del partido tras Franco y la que convirtió la política de las cuchilladas entre hermanos en permanente hábito.

El último de estos episodios se acaba de escenificar hace pocas horas cuando el candidato a la alcaldía por el PSOE para el ayuntamiento de Madrid, Antonio Carmona, ha sido fulminantemente destituido de su cargo de portavoz en dicho ayuntamiento y sustituido de la noche a la mañana por Purificación Causapié que es afín a Ferraz y a Pedro Sánchez. La situación de Carmona es tan ridícula y humillante a estas horas que francamente uno no le envidia este terrible y definitivo mal trago.

Carmona obedeció la orden de pactar con la candidatura de la jueza Carmena para otorgarle la alcaldía en contra de la lista ganadora que era la del PP. Así lo ha contado en una patética rueda de prensa en la que narra su papel de víctima de la dirección de su propio partido. Un partido que le acusa de malos resultados electorales a estas alturas y que le ha dejado con las vergüenzas al aire. Lo dicho. Nunca he visto un partido en el que se rajen unos a otros como en el PSOE. Les va en los genes.

Te puede interesar