Opinión

La involución francesa

Como si Francia no tuviera combustible bastante para lo polémica, ha terciado la ex ministra y hoy secretaria de Estado de Economía Social y Solidaria, Marlène Schiappa, para aplicarle un meneo al cotarro  concediendo una entrevista a la edición francesa de la revista “Play Boy” que dura doce páginas y que está ilustrada por una colección de fotos de suave contenido erótico incluyendo la que se utiliza en la portada de la publicación. La autora de un revuelo que sacude el país vecino casi una semana antes de que el resultado de su entrevista sea publicado –todo el mundo habla en Francia de este suceso y sin embargo no se editará hasta el próximo día 8- es una mujer potente y atractiva, de cuarenta años, divorciada y madre de dos niños, cuyo paso por la política no deja a nadie indiferente a juzgar por el rico historial en debates que jalona su actividad, especialmente en su faceta de comunicadora. Shiappa no es periodista sino licenciada en Geografía por la Sorbona, pero ha trabajado en comunicación, ha mantenido abierto un blog en el que da consejos con cierta tendencia a la polémica como los que publicó con recomendaciones para mejorar la vida sexual de los obesos, y ha escrito una veintena de libros especialmente dedicados a la defensa de la mujer y a su acendrado feminismo. La aparición en “Play Boy” no es una presencia sin ropa, -como se han hartado de comentar desde las fuentes oficiales del Eliseo hasta el propio editor de la revista en francés- pero ha levantado polvareda.  Los portavoces de “Play Boy” afirman que hace mucho que su publicación ha dejado de ser un refugio de porno blando para convertirse en una revista de actualidad, seria, posicionada, en cabeza de las temáticas más en punta  y conectada con la sociedad aunque en ocasiones sigan apareciendo en sus páginas, reconocen, chicas desnudas.

El revuelo organizado en Francia incluso antes de cazar el oso, a mí me sorprende y para muy mal. No sospechaba yo que un país antaño tan despachado, con cuya libertad social soñábamos al otro lado de la frontera mientras compartíamos nuestras ensoñaciones con Brigitte Bardot o Catherine Deneuve, se la cojería ahora con papel de fumar, pero esas cosas pasan, ya ve usted.

¿Qué pasaría en este país si estos hechos los protagonizara Yolanda Díaz, por ejemplo? Pues estoy por asegurar que absolutamente nada.  Cherchez la femme.

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