Opinión

URGE REGULAR EL CONFLICTO ENTRE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Y DERECHO A INFORMAR

Se trata de un conflicto casi eterno y quizás por ello nunca resuelto. El enfrentamiento de lo que llaman los juristas 'bienes jurídicos protegidos' es de gran sustancia, porque colisionan el derecho a la información, la intimidad de la persona, la presunción de inocencia, la independencia de los tribunales. Me refiero a si se debe o no permitir que se 'informe' sin restricciones sobre los procesos penales en el momento de ser iniciados y antes de que se acuerde el juicio oral. E, incluso, si deben existir o no restricciones cuando se trata de un jurado popular. Ya he escrito algo sobre el particular a raíz del proyecto de limitación que 'anunció', aunque parece que se trata de un 'interruptus' el ministro Gallardón, cuyas propuestas no provocan un encendido entusiasmo en muchos segmentos de nuestra casi inerte sociedad


Habitamos en la sociedad de la 'información' aunque a veces usar esa palabra es una forma muy grosera de destrozar su significado. Demasiados medios viven con gigantesca dificultad en los tiempos actuales, de modo que las subvenciones que reciben, directa o indirectamente, del poder público, y los ingresos procedentes de los detentadores del poder publicitario, son determinantes de su subsistencia. Esta situación coarta la libertad informativa de manera sustancial. Si alguien no lo cree es que carece de experiencia de como funcionan algunas cosas en nuestro país. La llamada independencia informativa, como, por ejemplo, la independencia judicial, son meras categorías conceptuales. Se trata de loables aspiraciones que, como tantas otras, sufren en épocas de crisis el embate de los recortes en su realidad.


Partiendo de la base que la afinidad ideológica, de un costado, las conexiones accionariales, de otro, y la dependencia de los proveedores de ingresos coartan la verdadera independencia informativa, se puede concluir que cuando algunos medios se rasgan las vestiduras frente a lo que llaman cercenar su libertad de información, están ejecutando parcialmente al menos un ejercicio de cinismo. Defienden en la teoría lo que niegan demasiadas veces en la práctica diaria. Y me consta que algunos periodistas de esos medios, conscientes de la situación, no pueden, visto lo visto, sino ajustarse al viejo postulado romano de 'primum vivere, deunde filosofare'. Cuando la alternativa a la obediencia es el hambre, solo queda la heroicidad.


Pues bien, lo que cuenta al día de hoy es la condena mediática, por encima de la jurídica. Si uno no quiere seguir consumiendo eufemismos tendrá que admitir que, por ejemplo, el Sr. Blesa es, para la gran masa nacional, culpable de horrendos delitos. Obviamente los miembros de esa justicia popular no tienen la menor idea de en qué consiste el delito o la conducta delictiva de ese señor. Ni falta que les hace porque con saber que ha sido banquero, que ha ganado dinero, y que los banqueros son culpables del desastre nacional, les resulta mas que suficiente. Y ahora otro ejemplo con una estrella mediática. No sigo el fútbol pero obviamente he oído hablar de ese señor Messi, aunque no pueda calibrar sus habilidades. Me parece un despropósito las cifras que leo sobre precios de los jugadores, pero si alguien las paga es porque la sociedad las convierte en rentables. Aquí nadie regala el dinero sin mas. Pues bien, una denuncia por un supuesto fraude de cuatro millones de euros -una barbaridad- ha servido para que algunos medios conviertan el hecho en primera noticia de portada, no porque tenga sustancia para ello, sino porque vende mucho, porque es mas importante el nombre que el hecho, y se trata de vender por encima de todo, incluso a costa de forzar el tratamiento de la noticia. Me lo explicó muy bien el fallecido Jesús Polanco: 'Una noticia no depende solo de su sustancia informativa, sino del tratamiento tipográfico que le demos en El País'. Y tenía mas razón que un santo, por mucho que pese.


Si no regulamos adecuadamente la libertad de información en la fase inicial de los procesos penales estaremos condenado a los jueces, a la presunción de inocencia, al Orden Jurídico, en fin a demasiadas cosas. Si mañana, por ejemplo, Blesa es absuelto, para la masa será una politización de la justicia. Si nada sucede con Messi es posible que existan hasta manifestaciones de seguidores del equipo contrario, porque si no jugara bien al fútbol, su delito fiscal sería el mismo, pero diferente...Entenderán ahora porque el ex-juez Garzón le dijo al fallecido abogado Santaella esta frase: 'Entiende Jesús que en este clima no hay juez que se atreva a absolver a Mario Conde'. No hay juez que se atreva a serlo verdaderamente debido al clima...


Por tanto, dejemos de lado las tonterías. Si queremos defender la presunción de inocencia, el Derecho, el Orden Jurídico, la Justicia y la independencia de los medios y de los jueces, de los fiscales y los testigos, de los que forman parte de un jurado popular, tenemos que abordar de manera clara ese conflicto entre el derecho a informar y la presunción de inocencia, porque a la vista está que lo que tenemos es una conculcación diaria, tan diaria como grosera, de todo ello en nuestro quehacer nacional.

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