Opinión

AL ALCALDE DE PONFERRADA

Qué decepción!, ¡cuánta desilusión en tu designación! Porque no me cuela lo del sacrificio por el pueblo, mi pueblo, el tuyo, el que sea. Que no, que no tienes derecho a erigirte en ningún alcalde de nueva Zalamea por mucho capitán Rubalcaba metepatas que no sabe ni sacarla de su puesto como Jefe de la oposición pese a que el 95 por ciento de sus compatriotas le han dicho 'de ti no me fío' en última encuesta. Pese a este Jefe, o al secretario de organización que un pasito pa'lante otro para atrás, no tienes derecho moral a saltar a la palestra del bastón y mando de una ciudadela del reino leonés de esta manera, sin respaldo de tu partido, porque si llegaste hasta donde lo hiciste fue por pertenecer a unas siglas, a una Organización, que yo no digo que sea buena ¡lástima fuera a la vista de su funcionamiento!, pero era la tuya, la que tú elegiste libremente, a la que ahora les das 'pal pelo' porque te conviene. Y contigo la pandilla, esos otros socialistas de bolsillo más que de corazón, que siguen la oportunidad brindada por un contrario a sus principios como hambrientos ante un plato de lentejas y a costa del alma ideológica; ni uno de ellos sintió mínima indigestión para vomitar la decisión y quedarse en el PSOE. Claro que no nos debe sorprender a estas alturas que muchos militantes de los partidos políticos lo sean por principios, sino más bien por oportunidad, cierta necesidad de formar parte de grupo e interés de escalar con el mismo alguna cima, o al menos donde haya abrigo.


No me creo que sea el puesto en sí, por lo que tiene de glorioso en la responsabilidad y representatividad de un colectivo ciudadano cercano y vecino, lo que te haya lanzado a echarte fuera de la cama del partido socialista sino más bien nuevas seductoras sábanas de seda, sueldo, prebenda y favores, donde amantes asesores amigos y familiares se mueven en torno al trono. Estoy más convencido de ello, de este favor consustancial a la alcaldía que vive oculto al resto de los ciudadanos, después de conocer el reparto de las concejalías y donde siendo Urbanismo la reina por un día del ayuntamiento medio hispánico la has desposado contigo, alcalde, bajo la excusa de ser arquitecto; seguro que la sensibilidad profesional ante seductora belleza de la materia urbana te ha impedido no asumir su competencia. Claro que todo puede ser puro prejuicio de quien te está juzgando sin conocerte personalmente, pero es que uno tiene tan quemado el juicio del recuerdo recurrente de tanto chorizo al frente de responsabilidades políticas, que lo raro sería no sospechar del fin noble al ocupar el cargo de cocinero en tierra de ibéricos cuando resultas de un proceso turbio como éste.


Y yo no digo que no le esté bien empleado al sistema de partidos que aún impera en estos días por la piel de toro, cabría decir hoy más de cabra si nos atenemos a la proliferación de tanto anti taurino, pues de democracia interna la ja-ja-ja de que sea verdadera. Con esto y la carencia de listas abiertas donde cada uno sea elegido por sí mismo, sin ser tapado de ninguna sigla sino representándose a sí mismo, para decidir después el cambio de ritmo que le pete, no hay nada que hacer para acabar con esta tomadura de pelo que resultan los cambios de gobierno a mitad del camino por pura conveniencia de las personas agentes en el mismo. Lo único que queda es esperar que el caso de Ponferrada no sea calco de aquél de Benidorm & Pajín y Cía o Familia, que cuando tomaron hace unos años el ayuntamiento de Benidorm contraviniendo órdenes del propio partido socialista los echaron del mismo, pero no para no volver, como ya han vuelto, sino para distraer la atención puntual de la opinión pública por tanta incoherencia e hipocresía. Y si te he visto no me acuerdo. Pues eso, esperemos a ver si éticamente han progresado algo. Dudo, luego existo.

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