Opinión

Cara curita

Así le llamó un buen día, o mal día, puesto que no sé porque siempre tiene que atribuirse bondad a algún día en particular (fuera de la climatología o el estado de ánimo personal de cada cual) por el hecho de parirse en tal día cualquier ocurrencia como la que parió José María García al llamarle cara-curita a Florentino Pérez.

La verdad es que el caudillo del Real Madrid, por obra y gracia de una fortuna iniciada tras marcar el paso por UCD cuando la formación mandaba truco, o mucho, y no quiero insinuar con esto que el millonario haya hecho trampa en su etapa al frente de la concejalía de infraestructuras del ayuntamiento de Madrid por mucho que posteriormente todo lo que tocaba su mano constructora parecía en contacto directo con Midas, tiene una cara curita que no se la quita ni saltando en el palco del Madrid ni besando lascivamente si así besara; una cara curita, o emoticón propio del que nunca rompió un plato y ora pro nobis todo el rato, aunque en realidad rompa toda una vajilla y no ore ni labore en todo el día, ni por el bien de nadie. A mí me parece más ejemplar de estos últimos que de los primeros, quizás porque sus rasgos físicos y talante me hagan recordar bastante a un curita que conozco, muy cínico, soberbio y mentiroso. Pero no, insisto, no hay pruebas de que él y otra mucha gente de la construcción sean iguales a otros homónimos corruptores de tanto político en época blanda de controles y mucho ladrillo, por lo que es mejor hacer tabla rasa de tanto cemento armado y a otra cosa, mariposa.

Pues bien, cara curita me parece un ejemplar tipo humano que quiere parecer sencillo sin serlo; humilde, pero con la máquina expendedora de billetes al lado; modesto, pero a un ‘figura’ abrazado; imparcial, pero saltándose protocolo para chocar las manos y ‘marcar esas cinco’ con su ex presidente José María del alma; y mucho más que pueda hacerlo aparentar virtuoso, pero con el espejo que refleja el yo verdadero roto. Cara-curita ciertamente no me resulta demasiado simpático porque me da la misma impresión del que a la chita callando se aprovecha de la pasión ciega de muchos que en la unión hacen la fuerza Real que influye en otra casa Real que sale de viaje hacia los países árabes con el propósito de traer negocio, dicen que para España pero siempre para los mismos, los grandes Florentinos y cierra Cía que lo acompañan. Claro que en el rostro no se parece nada el Rey al ‘cara curita’, pues D. Juan Carlos puede parecer de todo menos eso.

¿Y por qué hablo yo hoy de este señor? Pues no lo sé; bueno, tal vez sí, quizás porque me importa saber que ‘podemos’ acabar con ciertos ejemplos de personalidades que agrandan cada día más su poder a costa de sacarles beneficio y confesión al resto con toda la cara-curita que tienen y por pelotas, las que manejan desde un palco. Sí, Podemos llegó, vio y ganó un partido, que realmente puede venir muy bien para que tomen buena nota y corrijan sus excesos la clase dirigente, que no solo es política sino de hacer grandes negocios por su cara-curita y por toda su influencia desde la mejor butaca de los Circus.

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