Ya la tenemos con nosotros: la primavera. La naturaleza es una sinfonía de verdes brillantes. Los árboles se han vestido sus mejores hojas y las plantas se han vestido sus flores más fulgentes. En cuanto a las mujeres, en su afán de llevar siempre a alguien la contraria, han hecho al revés que las plantas. Quiero decir que se han desnudado todo lo posible. Si en vez de lluvias mil fuese lluvia de "miles", estaríamos todos deseando que llegara el mes de abril.
El 40 de mayo los hombres pueden pensar en quitarse el "sayo"; omito decir que las mujeres se quiten las "sayas", porque ya no las usan. Nunca sabremos si las chicas de hoy están mal de la cabeza. No importa, porque hay que ver como están de todo lo demás.
Se dice que la primavera la sangre altera. Conozco el caso de un hombre que al llegar esta época del año se hallaba abatido, deprimido, con pensamientos suicidas y las cosas no le iban tan bien como él quisiera. Y así se xpresaba:
-¡No puedo más! ¡Voy a tener que llamar al teléfono de la esperanza. (Pausa). Esperanza, soy yo, Ramón, ¿nos vemos a las nueve?
Y con la primavera vuelve la moda. ¡Je! La moda. La moda es eso que deja de llevarse en cuanto realmente "se lleva". El último grito de la moda lo dan los maridos cuando ven la factura del "modelito".
