Incluso los elementos desencadenados de la Naturaleza le resultan finalmente favorables, los hados le serían propicios. En el último tramo de la campaña para su reelección, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tiene de su lado la baraka (suerte, perdón por el juego fácil de palabras). Como 'Deus ex machina' en las tragedias griegas, irrumpió de pronto un suceso inesperado para ayudarle a superar las dificultades que se presentaron a última hora: el huracán 'Sandy' que asoló Nueva York y el estado de Nueva Jersey y le permitió hacer gala de una rápida capacidad de reacción contra la adversidad.El primer mandatario dejó de lado de forma altruista la recta final y decisiva de su campaña electoral para concentrarse en la coordinación de las tareas de auxilio a los damnificados y reconfortarlos por los daños causados por el ciclón que, según estadísticas de urgencia, provocó más de 80 muertos, numerosos heridos y graves daños materiales, evaluados en más de 20.000 millones de dólares, dejando además a a ocho millones de personas sin electricidad durante días. Las ráfagas de viento en la ciudad de los rascacielos alcanzaron los 120 kilómetros por hora, embrando el caos y el pánico, según enumeran y cifran los medios de comunicación norteamericanos. Las fotos y los vídeos de los desperfectos causados por el desastre natural, que sobrecogen, han dado la vuelta al mundo y están aún en Facebook, en Twiter y en las redes sociales. Hoy en día, en la aldea global las fuentes de información son mundiales e instantáneas.
Es terrible decirlo, pero, a fin de cuentas, 'Sandy', cohorte de calamidades aparte, votó por Obama. No obstante, en unos comicios tan disputados y complejos a lo largo y a lo ancho de 50 estados, que dependen de gran variedad de causas, a unos días del supermartes del 6 de noviembre que se halla a la vuelta de la esquina, la suerte aún no está echada por mucho que las últimas encuestas beneficien ligeramente al primer candidato afroamericano de la historia de los Estados Unidos para un segundo mandato. Según las noticias que proceden de Norteamérica, en la república más medática del globo, todo se decidirá por un puñado de votos.
El inmenso y poderoso país -el tercero del mundo por extensión y población- sigue partido electoralmente en dos, esta vez entre los partidarios del demócrata Barack Obama y los seguidores del republicano Mitt Romney. Progresista contra reaccionario,
Es evidente que Barack Obama, defensor de los derechos sociales y de las minorías, que recobró su arte oratoria en esta campaña, despierta simpatías entre las personas que creen que debe prevalecer lo social sobre lo indidual, que el Estado tiene que corregir los desvíos de un capitalismo salvaje que tiende a eliminar la seguridad social y los subsidios. A un observador europeo, no inmerso en el día a día de la política norteamericana, se le hace cuesta arriba constatar que Mitt Romney obtiene casi tanta intención de voto como Barack Obama.
Durante tres largos días, Obama aparcó la campaña y, como comandante en jefe de los USA, dirigió desde el Despacho Oval las tareas de reconstrución. Después salió a recorrer en helicóptero las zonas más desvastadas de Nueva Jersey y a reconfortar a los más perjudicados, fotografiándose con algunos de ellos, ofreciéndoles ayuda pero también buscando que este gesto redundara en su campaña electoral sin decirlo expresamente. Fue con él un acompañante de lo más inesperado, el popular gobernador republicano de Nueva Jersey, Christ Christie, lo que representó un símbolo de unión entre ambos partidos ante la catástrofe, y dejó un poco en segundo plano a Romney. Obama habló con todos los gobernadores y alcaldes de la extensa área siniestrada; en Queens, un importante barrio de Nueva York, un incendio espectacular vino a sumarse a estos males y destruyó manzanas enteras según las imágenes trasmitidas por la CNN. El centro de Manhattan en Nueva York resultó el más dañado, el agua, la electricidad y el metro tardaron en volver a la normalidad.
Tras la tregua política obligada por el huracán, la campaña se reanudó el jueves 1 de noviembre, no había tiempo que perder. Todo estado podía ser decisivo. Así, Obama visitó Ohio,Wisconsin, Nevada y Colorado. 'Tras una década de guerras, debemos centrarnos en construir el país', dijo el residente refiriéndose a las cruentas conflagraciones de los últimos tiempos.
Mitt Romney replicó en un mítin que si Obama es reelegido va a haber altos niveles de desempleo y ningún crecimiento como hemos visto en los últimos cuatro años. Una mirada atenta a la actualiddad económica norteamericana muestra que el paro ha aumentado en EEUU hasta situarse en el 7,9% pero la economía no está estancada, generó más de 171.000 empleos en octubre, se halla en franca recuperación. Efecto colateral favorable alcandidato demócrata. El influyente alcalde republicano de Nueva York, Michael Bloomberg, se pasó con armas y bagajes a Obama debido a la preocupación de éste por el cambio climático, considerado como la causa de tormentas y vendavales como 'Sandy'. Y le votará en estas elecciones especialmente por las medidas que ha tomado en estos últimos cuatro años para prevenir y paliar las consecuencias de tal cambio. Todo ello no disipa para los demócratas al día de hoy el temor al apretado resultado.
Barack Hussein Obama parecía diseñado para representar al nuevo americano actual. De lejanos orígenes africanos, con segundo nombre de reminiscencias musulmanas, Hussein, y primero, de connotación árabe, Barack, nacido en un confín del imperio, la ciudad de Honolulú (Hawwai), último estado de los EEUU), hijo de inmigrantes, representante de la clase media, negro, crisol de diferentes ascendencias como para que muchos se puedan sentir identificados con él. Solo se permite una singularidad: pertenece a la iglesia protestante Trinity United Church of Christ, una confesión minoritaria.
Enfrente en esta elección de la que está pendiente todo el mundo, el reverso de su medalla, Mitt Romney, multimillonario, mormón, reaccionario políticamente, partidario de la tradición, blanco sin mezcla alguna en su genealogía.
Demócrata contra republicano, 'Sandy' salvó de momento a Obama, si pudiéramos votar nos parecería el candidato más idóneo... Pero la incertidumbre del resultado persiste.
