El llamado 'Tablado de Arlequín es una miscelánea de
artículos, ensayos e ideas de Pío Baroja todas pesimistas, algunas
brutales, publicadas en el lejano 1904, reeditadas recientemente, que
conservaba en mi biblioteca y que volví a leer por casualidad estos
días. Pues bien, en líneas generales corresponden curiosamente a la
situación del momento: incertidumbre y porvenir sombrío ¡107 años
después! de que Baroja, novelista que tanto leí en mi juventud,
diera a la estampa sus melancólicas reflexiones. En el fondo, el
mundo no cambia fácilmente. ¿Pues que está pasando? En tiempos de paz
no se recuerda una época como la actual, tan enervada y
desmoralizadora. Y en la aprensiva Europa, aún peor.
Tomemos el caso de
Grecia, que se debate al borde del abismo. Grecia es parte de la Unión
Europea y su posición rozando el hundimiento podría servir de aviso y
lección para toda la eurozona. No está en mi ánimo hacer de Casandra,
la diosa griega precisamente- que siempre pronosticaba grandes
males a los que nadie hacía caso, pero la situación es la siguiente,
que voy a desmenuzar ante ustedes: para lavarse las manos y no
aparecer como único culpable de las dificultades del país, el primer
ministro heleno, el socialista Yorgos Papandreu, tomó una inesperada
decisión a principios de esta misma semana: convocó sin consultar con
nadie un referéndum sobre el segundo plan de rescate a Grecia que se
eleva a la cantidad de 130.000 millones de euros y que
exige más sacrificios a sus atribulados conciudadanos, muchos de los
cuales ya venían manifestándose en la plaza Sintagma de Atenas
protestando contra los sucesivos ajustes duros.
Después de todo, al ver el
cafarnaún provocado, tuvo que retirar su iniciativa por presiones del
duumvirato que dirige en estos momentos la Unión Europea, la canciller alemana Angela Merkel y
el presidente francés Nicolas Sarkozy, que los caricaturistas dibujan como una
gigantesca dama que lleva de la mano a un diminuto hombrecillo.
Sigamos con el dramatis persona. Ahora mismo Yorgos Papamdreu se ha
convertido en el político más denostado de Europa, le miran muy
irritados Merkel y Sarkozy que, en una cumbre crucial que se prolongó
hasta altas horas de la madrugada, habían logrado con gran
dificultad que la UE condonase a Grecia una gran parte de
la deuda por medio de una quita o cancelación parcial de 100.000
millones de euros. Ambos sabían
que la caída de Grecia podría hacer tambalear a Europa, tan implicados
se hallan los bancos alemanes y franceses en la economía de este país.
Por ello, la reacción franco-alemana al chantaje de Papandreu a la
Unión Europea convocando un referéndum fue contundente: todos los
fondos de ayuda a Grecia quedaron congelados hasta nuevo aviso
mientras el gobierno griego no se avenga a razones, incluidos los 8
mil millones de euros ya aprobados pero no entregados por mucho que
Atenas los precise para pagar a sus funcionarios y abastecerse. Como
en una antigua novela por entregas, aún faltaba un episodio. Yorgos
Papandreu se aferra al poder, superó una moción de censura en el
Parlamento griego y propuso un Gobierno de unidad nacional para
apuntalar una crisis de la que está pendiente toda la Unión Europea.
Decididamente, la política se ha tornado en economía en Europa.
Resultado: de cualquier forma los 12 millones de griegos tendrán que
hacer sacrificios económicos draconianos (nunca mejor dicho
recordando a Dracón, que aplicó en Atenas en el siglo VII antes de
Cristo leyes duras e inflexibles). El griego medio queda en una
situación precaria y reacciona con ira y estupor,
seis de cada diez ciudadanos rechazan los drásticos planes de ajuste. Queda una pregunta en el aire: ¿Cómo puede un pequeño país
engendrar tamaña deuda de cientos de miles de millones? Sólo el
capitalismo salvaje lo sabe.
Irlanda,Portugal, Grecia,
ahora le toca a Italia, que ha sido intervenida por el FMI, Europa está económicamente enferma.
Que sirva de alivio y esperanza: en la pantalla de la
actualidad, podemos pulsar en una buena noticia económica: el
flamante presidente del Banco Central Europeo,Mario
Draghi,que es apodado Supermario por sus acertadas decisiones, anunció a los
dos días de su nombramiento una rebaja de tipos de interés para
animar la economía de la eurozona. El precio oficial del dinero pasa
del 1,5% al 1,25%, se reduce en un cuartillo, lo que generará una mayor
liquidez, no se había poducido una rebaja de los tipos desde mediados del año 2009. Aunque esto
no tendrá gran incidencia en la economía real, representa una actitud
calificada como muy positiva por parte del nuevo banquero de banqueros europeo. Y es
una buena medida contra la probable recesión, Dragui se pone la venda
a antes de la herida porque, avalado por sus 23 consejeros, teme que se registre una
aminoración suave de la actividad económica, comercial en
los próximos meses.
Esta temida recesión también fue objeto de estudio
en la Cumbre de los dirigentes de los países ricos y emergentes del
G-20, una especie de areópago mundial. Reunida durante los días 3 y 4
de noviembre en el palacio de festivales de Cannes (sureste de
Francia), enunció algunas medidas, difícilmente consensuadas, para
intentar evitar la recesión. Aunque Grecia sea un granito de arena
pues solo supone el 2% del PIB de la UE y los países del G-20
representan el 85% de la economía mundial, el temor a una reacción en
cadena que precipite una recesión global dominó la cumbre.
Para Obama, que hablaba en presencia del presidente
chino Hu Jintao y el ruso Mevvedev entre otros mandatarios, resolver la crisis financiera de Europa es la tarea más
importante. Estas cumbres no son hueras sino útiles para intercambiar
experiencias en un mundo cada vez más incierto e inquietante.El
mundo es un lugar hostil y engañoso donde prevalecen las apariencias
frente a la virtud y la verdad, decía ya en el siglo XVII el pensador
pesimista Baltasar Gracián. En España tenemos una tradición de pesimismo, nacida en la Generación del 98, moderada en la transición y recuperada ahora,cultivada por novelistras y poetas y nadie se atreve a ir contra la tradición mostrándose optimista.
Sobre todo en los tiempos que
corren.