Opinión

La maldición

Los políticos lenguaraces deberán tener mucha más prudencia a partir de ahora porque ha aparecido una nueva arma política que amenaza con causar estragos entre ellos y obligar a los partidos a tener entre sus asesores alguna suerte de exorcista o brujo que quite el mal de ojo. Al político italiano Roberto Calderoli, que llamó “orangután” a la exministra de Integración italiana, Cecile Kyenge, de origen congoleño, le ha pasado de todo desde que el padre de la política realizó un ritual tribal para que se liberara de los malos pensamientos, pero desde entonces ha pasado seis veces por el quirófano, en el último accidente se rompió dos vertebras, y encontró una serpiente de dos metros en su cocina. Quizá el padre de Kyenge se equivocó de maldición.

Te puede interesar