Opinión

Candidaturas sin candidatos

Fenómeno curioso el que sucede en Galicia. El socialista José Ramón Gómez Besteiro quería presentarse a la Xunta a pesar de llevar meses soportando la tormenta judicial de Pilar de Lara y ha tenido que renunciar precipitadamente por una nueva imputación a las 24 horas de que Pedro Sánchez hubiese ensalzado su figura en A Coruña. Los populares aún ansían que Alberto Núñez Feijóo acepte repetir como candidato para conservar la plaza de San Caetano, pero él responde con evasivas sobre un futuro que ha prometido desvelar en los próximos días. Y Pedro Puy, portavoz parlamentario del PPdeG, puede ser el único político que acabe de cabeza de cartel sin haberlo pedido. "Con todos los que hay a la cola y me tiene que tocar a mí", puede haber pensado al ver su nombre en la lista de posibles sucesores de Feijóo. El primero no quería irse, el segundo no sabe si quedarse y el tercero duda si le convence llegar.

A siete meses de las elecciones gallegas, si es que el presidente agota la legislatura, sólo el Bloque está más cerca de nombrar candidata a la Xunta con Ana Pontón, recientemente nombrada portavoz nacional. En cierta manera, lleva razón Feijóo cuando asegura que el PP está en mejor disposición ahora de lograr la mayoría absoluta que en el 2009 cuando le movió contra pronóstico la silla al Gobierno bipartito de Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana.

Los socialistas tendrán que pasar por unas primarias cargadas de espinas para encontrar a una persona de consenso con tirón electoral. La situación de interinidad de su secretario general no ayuda, como tampoco las puñaladas desde las redes sociales de algún ex. A Pachi Vázquez le escuchan ahora más desde los 140 caracteres que antes desde la tribuna de O Pino. Ha aprendido a manejar el juguete, tiene la mano caliente y no dispara precisamente ni al aire ni con fogueo como acaba de demostrar. En Marea todavía no ha decidido si Podemos volverá a ser su pareja de baile y el movimiento es complicado. La coalición rebelde tampoco está fogueando a un posible candidato que pueda aprovechar los solos de Beiras para levantar al público del asiento. A Ciudadanos en Galicia le queda la opción de sacar a Albert Rivera en procesión por si algún despistado pica. ¿Alguien para dirigir el país?

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