Opinión

"Conocidos por el mundo"

El motoriño diesel de un jubilado puede tirar hasta que el cuentakilómetros implora desguace. Cuando llegaron los primeros coches que se podían pilotar sin haber aprobado el permiso de circulación, en la Costa da Morte se convirtieron en tendencia entre los mayores por el baile para la tercera edad de los fines de semana. El que no podía mover las caderas, arrastraba los pies, pero las ganas de jarana nunca se agotaban.

El motoriño diesel de un jubilado puede tirar hasta que el cuentakilómetros implora desguace.

Un coruñés de 80 años que reparte el tiempo entre la playa del Orzán, la casa de la aldea en el municipio de Cabana de Bergantiños y los viajes del Imserso se interesó por los requisitos para apuntarse también al turisteo veterano del Club de los 60 de la vecina autonomía de Castilla y León. Tras reconocer desconocimiento absoluto sobre un asunto que no empezará a interesar hasta al menos una década, la conviviente reprochó la dejadez para atender la petición de un amigo y más cuando su hermana y el marido andan estos días por la Selva Negra en Alemania. “Necesita estar empadronado en Castilla y León”, apuntó mientras se sumergía en el grupo en el que la familia se pone al día para abundar en los detalles.

En la pantalla del móvil comenzaron a pasar fotos con distintas personas y su pie aclaratorio: “Con los amigos de Ponferrada que conocimos en el viaje a Chile y son amigos de la prima María Encina”; “con el portero de la asesoría que no echo nada de menos”; “con Etelvina, la casera de Mavi”; “con los compañeros de mi primer trabajo”; “con la amiga de una amiga”; “con la profesora de Inglés de Héctor”; “esto es un sinvivir, te mando fotos y saludos de uno de tus ex jefes”; “aquí tenéis, a la mejor amiga de Mary,  la mujer de nuestro primo Lolo”; “y aquí a otros amigos de María Encina”.

“Como veis, para venir de incógnito y con el amante”, bromeó la hermana de la conviviente tras hacer el recuento de las fotos que había enviado.

Esta ristra de “conocidos por el mundo”, como ya le llama al viaje organizado por los Servicios Sociales de CyL para fomentar el envejecimiento activo, fue del primer autobús, pero la expedición ocupa tres y las fotos continuaron cayendo con la cadencia de las paradas. “Como veis, para venir de incógnito y con el amante”, bromeó la hermana de la conviviente tras hacer el recuento de las fotos que había enviado. “Pues es como si te vas hasta Alemania para hablar con medio Cabana”, resumió el octogenario rumboso.

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