Opinión

La marea, de Friol

 

Tocó a rebato la Marea Atlántica para respaldar al alcalde Xulio Ferreiro antes de la cuestión de confianza por la negativa del errático PSOE coruñés a apoyar el presupuesto y las campanas que más sonaron  fueron las de Friol y Guitiriz porque el obispado quiere cambiar al cura. Jarreaba mares en las dos plazas. Unas doscientas personas se citaron en María Pita –entre las que hacían bulto diputados y asesores que no están censados en la ciudad con la gente del común–, unos 500 vecinos se concentraron en Santa María, delante de la sede del Obispado lucense, para sujetar una pancarta que rezaba: "Obispo, escoite o pobo". Claro que un asunto es terrenal y el otro divino. Sólo así se puede explicar la diferencia cuando llegó el momento de hacer recuento de adeptos y de fieles para mostrar músculo ante los medios. 

A Coruña tiene casi 250.000 habitantes, Friol unos 3.800 y Guitiriz sobre 5.500. Teniendo en cuenta que el traslado ordenado por el sobrino de Rouco Varela afecta a doce parroquias de Friol y sólo a dos de Guitiriz, quiere decir que estos feligreses no comulgan con cualquier cura. Incluso los alcaldes de los respectivos municipios, José Ángel Santos del PP y Regina Polín del PSOE, se sumaron a la manifestación porque saben cuánto cuesta ganar un voto y que se pierde mucho antes que la fe.

Cuando gente que ya peina una edad desafía un temporal subiéndose a un autobús o a un coche particular para defender a su sacerdote es para tomársela muy en serio. Amenazan con regresar cada semana a la plaza de Santa María si les cambian al cura y no tienen pinta de confesar mentiras. 
Si sorprende esta muestra de fortaleza y unión por una sotana, también choca la tibia preocupación de los vecinos de la segunda ciudad más poblada de Galicia por un problema de tanta gravedad como la parálisis por el retraso en la aprobación de las cuentas.

Afirma un simpatizante y votante de Marea Atlántica que la formación rebelde no vuelve a ganar "ni aunque vaya por la calle repartiendo billetes". Se trata de un gran problema porque ni los socialistas ni los populares disponen de referentes políticos que consigan atraer la confianza del electorado. Quizá porque tampoco la merecen. A los coruñeses les queda rezar. 

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