Hay tipos que despiertan simpatía independientemente de la chaqueta que vistan. Sobre todo porque ves que pasan apuros para defender lo injustificable. A Xaime Pita, conselleiro de Presidencia durante la etapa de Manuel Fraga en la Xunta de Galicia, la oposición le llamaba con mala leche 'Contestador Automático'. Daba igual el tema que se tratase en la Cámara gallega, Xaime Pita tenía respuesta para todo.
Y ahora, Alberto Núñez Feijóo y el PPdeG tienen la suerte de contar con Pedro Puy como portavoz del grupo parlamentario, que también merece el calificativo de 'Contestador Automático', aunque el sobrino de Fraga, parentesco que no le gusta que le recuerden y que ha conseguido sacudir por méritos propios, blande uno de los discursos más equilibrados en el circo político que nos ha tocado padecer.
Pedro Puy volvió ayer a dar muestras de una sensatez encomiable. "Tengo malestar y pedimos disculpas si alguien se ha ofendido", dijo cuando le preguntaron por las palabras del orondo Arias Cañete sobre su altura intelectual respecto a la mujer y a la candidata socialista Elena Valenciano. Es el primer político de la gaviota que no ha intentado disculpar a Arias Cañete, al que ahora intentan desenfocar para que no la vuelva a meter la pata. Y también lleva razón Puy cuando dice que no es de recibo lo que está intentando hacer el PSOE, centrando la campaña en el machismo en vez de las propuestas que van a defender en Bruselas.
La imagen que ofrecemos al mundo es de páramo intelectual. Mientras los socialistas enarbolan la consigna del machismo, Soraya Sáenz de Santamaría nos cuenta que percibe "alegría en las calles de España". Ante esta clase de reflexiones, el personal se pregunta si alguna vez se apea del coche oficial y habla con la gente porque el que más y el que menos las pasa tan canutas que ya no llega ni a principio de mes.
El bipartidismo al que estamos acostumbrados está en peligro, aunque se empeñen en no quererlo ver. Hace un par de días una pensionista, de misa y comunión diaria, confesó que esta vez lo único que tiene claro es que hay dos partidos a los que no va a votar. El domingo, después de misa, acudirá a las urnas con la sana intención de que algo cambie. Lo único que se le pide a un político es honradez y sensatez.
