De los 18 o 19 céntimos por kilo de 2008 a los cuatro o cinco de los últimos meses y un stock de patata nunca producido en diciembre en A Limia, 60 millones de kilos. Los labradores temen que el frío y la humedad puedan degradar el tubérculo.
El precio del tubérculo de A Limia se ha estabilizado en los últimas semanas en cuatro céntimos el kilo, una cuarta parte de lo que el agricultor recibía hace ahora doce meses.
Las asociaciones de patateros de A Limia y los sindicatos estiman que más de 60 millones de kilos permanecen aún en los almacenes y la posibilidad de que la patata empiece a degradarse se acentuará a partir del mes de enero.
Varios agricultores consultados indicaron que el frío y la humedad que se está viviendo en la comarca en las últimas semanas puede degradar esos millones de kilos almacenados, que, a medio plazo, podrían comenzar a pudrirse.
El Sindicato Labrego Galego prepara para el mes de enero una asamblea en la que planteará el inicio de movilizaciones para reclamar una mayor estabilidad en el mercado y evitar las crisis cíclicas de los precios del producto. El portavoz de esta central sindical en A Limia, Anxo Pérez Rúa expuso que a situación é calamitosa e os pataqueiros están xa moi nerviosos porque ven que pasa o tempo e o mercado non se move e os prezos están moi baixos. Pérez Rúa expuso que e difícil evaluar as perdas, pero poden ser moi elevadas para moitos agricultores si esto segue así.
Xosé Ramón González, responsable comarcal de Unións Agrarias, incidió nunca se deu un stock de patata na comarca de A Limia como o diste ano e eso é moi perigroso se a situa ción non cambia. González censuró os brutais marxes dos intermediarios nos supermercados.
Francisco Vello, de Xóvenes Agricultores también mostró su preocupación pola paralización absoluta das vendas no sector pataqueiro.
La Consellería de Medio Rural anunció que está dispuesta a estudiar medidas de promoción, pero no a otorgar ayudas directas a los productores.
Las patatas deben estar correctamente almacenadas para evitar que se inicien procesos de putre facción. Los tubérculos deben recibir ventilación por lo que no deben apilarse en grandes montones.
La temperatura es importante para la conservación; siendo los 8 grados la óptima para una conservación prolongada, siempre en un lugar fresco y correctamente ventilado. La patata cuya temperatura caiga a menos de dos grados ya no es apta para freír, lo que impide que pueda ser vendida a uno de los sectores compradores claves de la producción agrícola de la comarca: la industria de patatas fritas.
Producir cada kilo cuesta diez céntimos
El precio de producción de un kilo de patata en la comarca de A Limia es de diez céntimos, por lo que al vender a sólo cuatro, los agricultores están perdiendo diez de las antiguas pesetas por kilo. Hay que tener en cuenta que algunos de los mayores productores de patata de la comarca pueden tener almacenados más de medio millón de kilos que ahora mismo no encuentran comprador, en una situación que se prolonga desde finales de septiembre.
El alza de la simiente del tubérculo se ha unido a los elevados costes de mantenimiento y amortización de la maquinaria de decenas de agricultores (que en los últimos años han adquirido nuevos tractores y recolectoras para modernizar sus explotaciones). Muchos de los labradores consultados indican que la situación actual sólo es comprable a la gran crisis de precios de 1992, cuando toda la comarca se movilizó para pedir precios más elevados para el tubérculo.
Las asociaciones de patateros de A Limia y los sindicatos estiman que más de 60 millones de kilos permanecen aún en los almacenes y la posibilidad de que la patata empiece a degradarse se acentuará a partir del mes de enero.
Varios agricultores consultados indicaron que el frío y la humedad que se está viviendo en la comarca en las últimas semanas puede degradar esos millones de kilos almacenados, que, a medio plazo, podrían comenzar a pudrirse.
El Sindicato Labrego Galego prepara para el mes de enero una asamblea en la que planteará el inicio de movilizaciones para reclamar una mayor estabilidad en el mercado y evitar las crisis cíclicas de los precios del producto. El portavoz de esta central sindical en A Limia, Anxo Pérez Rúa expuso que a situación é calamitosa e os pataqueiros están xa moi nerviosos porque ven que pasa o tempo e o mercado non se move e os prezos están moi baixos. Pérez Rúa expuso que e difícil evaluar as perdas, pero poden ser moi elevadas para moitos agricultores si esto segue así.
Xosé Ramón González, responsable comarcal de Unións Agrarias, incidió nunca se deu un stock de patata na comarca de A Limia como o diste ano e eso é moi perigroso se a situa ción non cambia. González censuró os brutais marxes dos intermediarios nos supermercados.
Francisco Vello, de Xóvenes Agricultores también mostró su preocupación pola paralización absoluta das vendas no sector pataqueiro.
La Consellería de Medio Rural anunció que está dispuesta a estudiar medidas de promoción, pero no a otorgar ayudas directas a los productores.
Las patatas deben estar correctamente almacenadas para evitar que se inicien procesos de putre facción. Los tubérculos deben recibir ventilación por lo que no deben apilarse en grandes montones.
La temperatura es importante para la conservación; siendo los 8 grados la óptima para una conservación prolongada, siempre en un lugar fresco y correctamente ventilado. La patata cuya temperatura caiga a menos de dos grados ya no es apta para freír, lo que impide que pueda ser vendida a uno de los sectores compradores claves de la producción agrícola de la comarca: la industria de patatas fritas.
Producir cada kilo cuesta diez céntimos
El precio de producción de un kilo de patata en la comarca de A Limia es de diez céntimos, por lo que al vender a sólo cuatro, los agricultores están perdiendo diez de las antiguas pesetas por kilo. Hay que tener en cuenta que algunos de los mayores productores de patata de la comarca pueden tener almacenados más de medio millón de kilos que ahora mismo no encuentran comprador, en una situación que se prolonga desde finales de septiembre.
El alza de la simiente del tubérculo se ha unido a los elevados costes de mantenimiento y amortización de la maquinaria de decenas de agricultores (que en los últimos años han adquirido nuevos tractores y recolectoras para modernizar sus explotaciones). Muchos de los labradores consultados indican que la situación actual sólo es comprable a la gran crisis de precios de 1992, cuando toda la comarca se movilizó para pedir precios más elevados para el tubérculo.
