El ataque cibernético contra el sistema informático de tres empresas de Xinzo se ejecutó desde el extranjero. Al menos, esta es la principal hipótesis que baraja la Guardia Civil, que mantiene una investigación abierta para localizar los terminales y al ciberdelincuente. Los agentes cruzan estos días los datos recopilados con los registrados en otras denuncias por hechos similares en todo el territorio nacional, ante la sospecha de que pueden arrojar algún tipo de luz sobre el lugar en que se encuentran los ordenadores que utilizó el ciberdelincuente, al que atribuyen un delito de intrusismo en equipos informáticos.
El autor del ataque informó a los empresarios que había robado todos sus archivos y, para recuperarlos, debían pagar un rescate, que obligatoriamente debía de efectuarse en bitcoins, una moneda virtual que ayer cotizaba a 8.422,86 euros, casi 300 euros menos que el pasado fin de semana.
Los empresarios, tras denunciar los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de Xinzo, optaron por no cumplir las exigencias del hackeador.
Dos de las empresas, una de comercialización de productos de huerta y la otra de frutas, ya están operaron con total normalidad después de extremar las medidas de seguridad en su sistema informático para impedir un nuevo ataque.
La otra, de montajes eléctricos e instalaciones ganaderas, continúa configurando los equipos (registró el ataque en la madrugada del pasado día 16), que quedaron inutilizados.
Visitas en la web y correos
Las empresas tienen su propia página web y los técnicos, en colaboración con especialistas del Instituto Armado, revisan todas las entradas, correos electrónicos y contactos para conocer las razones y los fallos que encontró el delincuente para lanzar el ataque y pedir el rescate. También revisan los lugares visitados en internet desde los terminales de cada una de las empresas.
