"Eu non quixera ter sobre a miña conciencia o dano físico ou unha morte por algún cascote no caso de que non tomara a decisión que tomei, sempre apoiada polo criterio dos técnicos municipais", había afirmado
El Juzgado de Xinzo de Limia acaba de dictar un auto por el que ordena sobreseer el caso por el que el alcalde de Xinzo de Limia, Antonio Pérez, debió declarar acusado de un presunto delito de prevaricación administrativa, y en el que también estaban encausados dos arquitectos, al decretar el cierre del histórico bar Arcos de la calle Constitución.
El problema surgió cuando el Concello, atendiendo al criterio del técnico municipal, ordenó el cierre del edificio del bar considerando que podría existir peligro de derrumbe en la construcción, de dos plantas y que data de 1928. Meses atrás, se ordenó y ejecutó por parte del Concello el apuntalamiento del local. Las deficiencias no están en el propio establecimiento hostelero, situado en el bajo, sino en la primera planta del edificio, deshabitada desde hace quince años y con problemas de humedades y debilidad en sus vigas maestras.
El propio regidor había declarado en su día que esta denuncia no tendría mucho recorrido, como así acabó ocurriendo con el sobreseimiento del caso: "Eu non quixera ter sobre a miña conciencia o dano físico ou unha morte por algún cascote no caso de que non tomara a decisión que tomei, sempre apoiada polo criterio dos técnicos municipais", había afirmado.
