Los viajeros sufren 2 años de molestas obras en la estación de Chamartín

Polvo, ruido, largos desplazamientos entre vallas, la incómoda rutina que padecen treinta millones de viajeros al año en Chamartín

Ruidos, polvo, falta de espacios cómodos en los que esperar la apertura del control de equipajes, largas caminatas por pasadizos entre vallas que cubren las zonas de obras… llegar a Madrid en tren obliga a un incómodo trance que es convivir con las obras de ampliación de la estación de Chamartín Clara Campoamor. Los usuarios de mayor edad o los que lo hacen con niños y equipajes son los más afectados pero las quejas son comunes a todos por unas obras que añaden a su catálogo de incomodidades la supresión de veinte frecuencias semanales a Ourense hasta el mes de julio, como mínimo. 

Las obras de remodelación y ampliación de la estación de Chamartín-Clara Campoamor llevan causando una incomodidad en aumento desde 2022. El proyecto, cuenta con una inversión de 326 millones de euros y financiación europea con cargo a los fondos Next Generation. Afronta, entre otras actuaciones, la ampliación de la zona de alta velocidad, duplicando el número de vías. Pero al presupuesto antes señalado a la ampliación de Chamartín hay que añadirle otro coste, que pagan los usuarios: la incomodidad de convivir con tan largo período de obras que supone la reducción de espacios, prolongadas caminatas entre zonas valladas, el ruido y la pérdida de servicios, como el kiosco de prensa o los aseos, que han sido sustituidos por otros de pago.

Para utilizar los aseos hay que pagar 1 euro.
Para utilizar los aseos hay que pagar 1 euro.

Los trabajos comenzaron en el área de cercanías, con la modernización de siete vías y la remodelación de seis andenes y pronto le siguieron las actuaciones en la zona de alta velocidad.

Taxis

Por la estación de Chamartín pasaron en 2023 un total de treinta millones de viajeros, que han tenido que padecer los inconvenientes del ruido, el polvo, supresión de espacios y de servicios porque obras no solo afectan a la infraestructura de vías y andenes. También a las zonas de uso y tránsito de viajeros y obligan, entre otras cosas, a tener que realizar largas caminatas para poder acceder a la zona de taxis, que fue desplazada provisionalmente a la calle Pio XII. Todo un sufrimiento para personas mayores y usuarios que viajan con equipaje, puesto que tienen que arrastrar las maletas mientras caminan, entre diez y quince minutos para llegar a la parada. Los principales afectados por estos inconvenientes son los usuarios de los trenes de larga distancia y alta velocidad que son los que suelen viajar con más equipaje.

Desde el pasado mes de abril, la ampliación de vías de la zona de alta velocidad ha obligado a reducir las circulaciones que operan desde ese sector de la estación. Ourense se ha visto afectada con la supresión de dos de las diez frecuencias diarias por sentido. La medida, según las previsiones de Adif AV se mantendrá hasta mediados del mes de julio.

Los viajeros tienen una larga caminata en medio de las obras para llegar a los taxis.
Los viajeros tienen una larga caminata en medio de las obras para llegar a los taxis.

Adif reconoce que las obras ocasionan trastornos a los viajeros y que simultanearlas con el servicio activo de la estación supone alargar los plazos de ejecución, a pesar de que se trabaja a tres turnos diarios las 24 horas del día y los siete días de la semana. Pero desde el administrador ferroviario se asegura que es la menor molesta de las alternativas que manejaban, ya que la otra opción era cerrar la terminal que, ciertamente, hubiera permitido trabajar con más celeridad, pero habría causado más inconvenientes para los usuarios. 

La ampliación de Chamartín cuenta con una aportación de 219 millones de euros de los fondos Next Generation y la previsión es que esté completamente concluida para 2026. Pero no será el final de las molestias para los viajeros que entren o salgan de la terminal Clara Campoamor, ya que seguirán las obras. Por una parte, la conexión ferroviaria con el aeropuerto de Barajas. Por otra la remodelación integral de Chamartín, un ambicioso proyecto con un presupuesto de mil millones de euros cuya ejecución afectará a la estación y a su entorno con el soterramiento de vías, construcción de rascacielos y nuevas Bóvedas cuya ejecución durará décadas. 

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