El regidor de Calvos de Randín, Aquilino Valencia, ha emitido un nuevo bando esta mañana sobre el estado de alerta por el coronavirus, suprimiendo el punto en el que se impedía la entrada de personas no residentes que no hubieran justificado previamente por teléfono su buen estado de salud, es decir, que no demostraran que no estaban infectados por coronavirus.
El alcalde fue advertido por la Guardia Civil de Calvos de la ilegalidad del punto, aunque justificó su extralimitación en "un error a la hora de la transcripción de la idea". Mantiene que nunca quiso generar un problema, sino proteger a los ciudadanos. En el pueblo los vecinos admitieron el error, pero defendieron a su regidor: "No lo hizo a mala fe".
En pleno estado de alarma y con el Ejército desplegado por el territorio, los concellos se están volcando en ayudar a sus mayores a sobrellevar el aislamiento y mejorar su protección. A través de sus trabajadores o voluntarios, se afanan estos días por blindar la atención de sus vecinos, especialmente de aquellos que viven solos y tiene una elevada edad. Alcaldes que reparten su propio número de teléfono por el pueblo para que les llamen; que adelantan el dinero de las compras a los vecinos.... Algunos, en su afán de proteger a la población, incluso han "prohibido", literalmente, "a entrada a este termo municipal de persoas non residentes, sen que previa chamada (...), poidan acreditar mediante certificado médico o seu estado de saúde". Así lo lanzaba el alcalde de Calvos de Randín, Aquilino Valencia, en un bando distribuido por los pueblos y publicado en la web municipal, algo que no podrá hacer, al carecer de competencias. Una anécdota en medio de un gran esfuerzo de los pequeños municipios por afrontar de la mejor manera una crisis global.
