Los cigarróns, carrozas y comparsas desfilaron durante tres horas

Verín repite con policías, falange y doña Cayetana

Una familia perfectamente uniformada. (Foto: Xesús Fariñas.)
Verín despidió el Entroido repitiendo el desfile del pasado domingo, que volvió a llenar la avenida de Luis Espada de público. Los cigarrones fueron los encargados de abrir la marcha, que comenzó pasadas las cinco de la tarde y se prolongó por espacio de más de tres horas.
Esquimales, la tripulación del Costa Concordía e incluso militantes de la Falange, con una replica del Caudillo, se pasearon por el casco urbano, luciendo sus mejores galas. A la cita, igual que el pasado domingo, no faltó la Duquesa de Alba, que volvió centrar la atención de los presentes, escenificando su boda.

El desfile comenzó en el barrio de San Roque y finalizó en la Alameda, casi un kilómetro de distancia. La lentitud con que marchaban las comparsas y carrozas obligó a cortar la circulación por las calles más céntricas del casco urbano, lo que provocó retenciones en las avenidas de Laza y Portugal. Los agentes habilitaron rutas alternativas, pero les fue imposible evitar el colapso dada la afluencia de vehículos, sobre todo a través de la autovía Rías Baixas y la carretera N-532 (Verín-Portugal).

Verín despide una fiesta, que en la jornada del lunes dejó 1.000 kilos de harina tirados en la calle, según los datos que maneja el concejal de festejos, Víctor Manuel Baladrón. El casco urbano amaneció ayer totalmente blanco, lo que obligó a los comerciantes a barrer las entradas de sus negocios y amontonar la harina en la calle. El Concello utilizó un tractor para recoger los restos. La fiesta se prolongó ayer hasta la madrugada.

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