EN LA PROVINCIA

Aplazado el derribo de una casa en Parderrubias, A Merca

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photo_camera Vecinos y amigos quisieron arropar a Orlando Blanco en la jornada de ayer.

Nadie se presentó a ejecutar la orden de demolición fijada por la Axencia de Legalidade Urbanística 

"No tengo noticias de nada", así contestaba en la tarde de este lunes Orlando Blanco a todos aquellos que le preguntaban por el no-derribo del edificio del que es propietario en el pueblo de Parderrubias, en el concello de A Merca. Tras un litigio judicial que casi alcanza los 20 años por la construcción de una vivienda en la zona inundable del río Barbañica, la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) había notificado el derribo del inmueble para la jornada de ayer "pero aquí no se presentó nadie", aseguraba a este periódico, tras una mañana de tensión en la que Blanco no estuvo solo.

En su desesperación, hace algunas semanas colocó una lona en la fachada en la que "invitaba" a ver el "espectáculo", según su modo de ver, de "las soluciones que propone el PP para las viviendas que ellos mismos dejan construir". Y quizás ese reclamo, esa presión social que podría causar la presencia de diferentes medios de comunicación y numerosos vecinos en las inmediaciones de la casa, fue lo que provocó un cambio de fecha en el inicio del derribo por parte de la APLU. "Yo sigo esperando que esto de alguna forma sirva para que terminen con este proceder. No para mí, que mi caso ya está perdido, sino para los demás. La solución tiene que ser otra", comentaba Blanco, quien cree que de seguir así "una cuarta parte de Galicia irá al suelo".

El caso, bastante complejo y que se remonta al año 2000, "contó en un principio con informes favorables por parte de la Confederación Hidrográfica, porque yo los vi. No había problemas y en dos meses, cambiaron de opinión", relataba Blanco. Para entonces, la casa ya estaba a medio hacer y siguió así cuando el Concello de A Merca aprobó un plan de urbanismo que la dejó en suelo no edificable. "Ya no es la pérdida económica, que también porque en esta casa con la parcela y todo el proceso judicial habrá costado unos 200.000 euros, sino la sentimental. Es el trabajo de toda una vida", lamenta Orlando Blanco.

El derribo de esta construcción dejará en la calle además a tres familias que actualmente trabajan en la panadería que Blanco tiene alquilada en la planta baja del inmueble. "Yo no digo que tenga que tener la razón, aunque yo entregué todo lo que tenía que entregar para construirla, pero si no está bien..., ¡que no las dejen hacer desde un principio, las casas no aparecen de la noche a la mañana!", concluye molesto por la falta de apoyo institucional y también por las formas de los responsables de la APLU que "se jactan de te tirar casas, sin ver lo que hay detrás".

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