Celanova exalta 40 años de tradición micológica

La pasión por la micología que desprenden los Mínguez, no solo la han traspasado generación tras generación dentro de la familia, sino que se cuentan por cientos los vecinos de Terra de Celanova que, en las últimas cuatro décadas, le han perdido miedo a las setas a través de jornadas divulgativas que, tras un parón, recuperaban esta semana.

Las amanitas, los boletus o los populares “cogordos” han vuelto a estar de actualidad esta semana en Celanova. La Oficina Agraria Comarcal de la Consellería de Medio Rural, con la colaboración de la Asociación Micolóxica de Celanova y de la Asociación de Mulleres Rurais Maravalla, ha organizado un taller de micología cuando se cumplen 40 años de las primeras jornadas que, desde la antigua oficina de extensión agraria, promovió el experto Ricardo Mínguez y que llevaban sin celebrarse desde el año 2015. “Cuando me vine destinado aquí, yo ya traía mi afición y fui trabajando en la orientación, asesoramiento y divulgación en el tema agrario…”, recuerda el antiguo jefe de la “agraria”, quien a lo largo de los años fue desterrando la micofóbia y arrojando luz sobre una riqueza que abunda en estas tierras, trasmitiendo su pasión a sus hijos y nietos, pero también a varias generaciones de celanoveses. “La percepción ha cambiado bastante, pero sigue siendo un mundo con cierto misterio, fantástico incluso en el tema de los cuentos de los niños… También te digo, no es malo que haya ese respeto”, incide, recordando las noticias de intoxicaciones e incluso de muertes que se producen cada temporada.

El Plan C de Celanova, un espacio micológico privado que se puede visitar con cita previa y cuenta con varias salas, así como una biblioteca especializada, además de varias exposiciones, ha sido escenario durante toda esta semana de conferencias y tertulias que han seguido con interés una treintena de personas, la mayoría profesionales relacionados con el sector primario, y de procedencia dispar: desde la propia Celanova, Verea o A Merca, hasta Xinzo, Pontevedra o Benavente. “No sé que pasará el año que viene”, respondía Mínguez ante el futuro de las jornadas, las decanas de la provincia y un referente a nivel estatal.

La programación de este año, como era tradición, ha combinado desde los conocimientos básicos para salir al campo a recoger setas, en una disertación que fue más allá de la micología, incidiendo en el cuidado y conservación de la naturaleza, hasta la normativa gallega, de las más tardías en el estado a pesar de la riqueza micológica de la comunidad; sin olvidar las posibilidades económicas que ofrece el sector, tanto en explotaciones de cultivo como con la recogida silvestre.

En lo que respecta a la temporada, que no se presagiaba nada buena tras un septiembre muy seco y caluroso, tras las lluvias y la temperatura otoñal de estos días “se presenta fantástica, extraordinaria”, reconocía Ricardo Mínguez antes del paseo micológico por el Camino Natural de San Rosendo. 

Te puede interesar