TURISMO

Celanova volverá a tener hotel tras 15 años sin alojamiento

OURENSE. 05.07.2016 MARINA, RESPONSABLE DEL RESTAURANTE BETANZOS EN CELANOVA. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Marina González, la propietaria, el pasado martes en la zona de cafetería, todavía en obras.

Alquimia Hoteles abre este mes el negocio con veinte habitaciones, reformando el viejo Betanzos

Hacía quince años que Celanova no disponía de un hotel. Lo tendrá en breve. Hacía quince años que políticos, comerciantes y vecinos de la villa se lamentaban. En la depresión económica de la villa tenía mucho que ver, se observaba, la falta de un hotel. Un freno, vamos.

Celanova tendrá hotel en breve -antes de final de mes, aseguran los propietarios- y no se llamará Betanzos. Se llamará Hotel Celanova. Tendrá veinte habitaciones, servicio de cafetería, comedor, salón, salón social -como exige la nueva norma-, unos 180 metros cuadrados por planta y una página web desde la que se dará a conocer al mundo y, de paso, colocará a Celanova en la Red.

El nuevo hotel será producto de una profunda reforma del viejo Betanzos. Ese que cerró en 2001 después de 38 años siendo un referente del hospedaje, y también de la restauración, en la comarca. Algo parecido quiere hacer del nuevo Celanova la empresa (Alquimia) que lo gestiona. "Hemos elegido Celanova porque está en un cruce de caminos, queremos trabajar el concepto de hotel con encanto, establecimiento familiar y que sea un lugar para hacer base y visitar la comarca y las comarcas colindantes, que ofrecen un patrimonio artístico y paisajístico muy rico", suelta casi del tirón Marina González, que no se despega del móvil mientras supervisa los últimos detalles de la pintura y los suelos en lo que será la cafetería. Luego muestra un catálogo de fotografía de lo que será la estancia, ya amueblada e iluminada. 
Es 5 de julio y Marina va y viene de Vigo -donde está la sede de la empresa, y la familia, porque esta es también una empresa familiar, "mis hijos se ocuparán de este hotel, así que imagínese si el nuestro es un proyecto con vocación de permanencia"- y cuenta los días para llegar a tiempo, a la última fecha tope que se ha marcado: el 31 de julio. "En tres semanas arrancamos, ya con reservas y todo". 

Retrasos por la ley

Los retrasos, confiesa, se han debido a la entrada en vigor de la norma que regula este tipo de establecimientos, justo el primero de mes. Tuvieron que hacer obra sobre la recién hecha: ampliar unos metros el espacio de la recepción, cambiar las bañeras ("el tamaño mínimo pasó de ser 70x160 a 70x180 centímetros"), habilitar un espacio para el salón social.

Alquimia ha realizado una "fuerte inversión" en Celanova. Unos trescientos mil euros, dice Marina. Acordó con la antigua propietaria un alquiler con opción a compra. Por ahora sólo han reformado una parte de lo que fue el viejo hotel: el edificio que tiene entrada por la calle Celso Emilio Ferreiro, una calle que se abrió a principios de los ochenta y que permitió la ampliación del primer Betanzos, al que se accedía por la calle Castor Elices. Esa parte, la más antigua, está en barbecho.

"A ver cómo funciona el invierno, esa es la incógnita. Veremos cómo va la semana, con la gente de paso, y tendremos paquetes para el fin de semana. Tendremos que hacer cosas de restauración, caza, pesca... puede que algo con los balnearios de la zona", dice Marina, que también señala las carencias en cuanto a medios de transporte que padece Celenova: "Aquí sólo se puede venir en coche... ni siquiera en autobús regular".
Marina, sus hijos, el nuevo Celanova, concitan las esperanzas de políticos y empresarios de que la cosa cambie de rumbo. ¿Con el turismo? "No hay turismo si no hay camas, lo que hay son visitantes", dice.

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