Los escolares de Celanova aprenden el oficio de la jardinería

Escolares del colegio Sagrado Corazón de Celanova cambiaron esta semana sus aulas por una amena sesión de botánica al aire libre impartida por los jardineros municipales, José Luis Rodríguez y Alfonso Arias, quienes, además de explicar los tipos de plantas y árboles que crecen en las zonas verdes de la villa de San Rosendo, les hicieron partícipes de la intrahistoria de estos espacios. “En Celanova temos uns 20 exemplares diferentes, non hai moita variedade, a verdade”, reconocía José Luis Rodríguez, al frente de la expedición escolar que realizó un recorrido urbano por los jardines de Curros Enríquez, de O Rollo, As Triguerizas o la Alameda. “Temos alegrías, magnolios, camelias, olivos, robles americanos, rodondentros, plataneros de sombra, palmeras…”, iban describiendo los profesionales, que llevan más de 25 años velando por el cuidado y crecimiento de las zonas verdes. A cada explicación, los escolares de entre tres y ocho años fueron planteando curiosas y divertidas inquietudes, así como su deseo de ser jardineros en un futuro. “Hai que estudar un pouco e practicar moito”, les decía Alfonso Arias, quien les desveló que las palmeras que hoy presiden los jardines de Curros fueron trasladadas desde el interior del Claustro Barroco cuando se inauguró el monumento. “Son centenarias, creceron moitísimo e ultimamente non o están a pasar moi ben porque foron atacadas polo picudo roxo, unha especie de escaravello”, reconocía Arias. El interés de los pequeños se acentuó al descubrir cómo el actual parque infantil fue, el siglo pasado, escenario de las ferias de ganado en la villa y el motivo por el cual se plantasen allí los plataneros, poco después que los ejemplares de la Alameda que llegaron desde Lleida, para dar sombra. Los ejemplares, que tienen entre 90 y 110 años, “gozan de boa saúde, son moi resistentes e soportan ben a seca”, comentaba Rodríguez, quien aprovechó la ocasión para hablar de la importancia de no malgastar el agua y de no tirar basura al suelo. “As cousas mudaron moito, pero os donos dos cans seguen a ser o noso maior problema”, reconocían. De los olivos, otra de las especies que ha ganado protagonismo en los últimos años, los jardineros destacaban el que hoy crece junto a la capilla de San Miguel, regalo de la ciudad de Guadix que está hermanada con Celanova. “Dixéronnos que era fillo dos bimilenarios que se plantaron na época de San Torcuato, varón apostólico e bispo de Guadix, cuxas reliquias descansan hoxe en Celanova”, recordaban.