Una escuela piloto para cuidar a los que cuidan en Celanova

En Ourense hay alrededor de 3.000 personas inmovilizadas en el domicilio. Son datos que ofrece Nabor Pereira Losada, enfermero en atención a domicilio del área de Celanova que, conjuntamente con su compañera Lorena Vila Feijoo, lideran un programa pionero en la comunidad, una Escola de Coidadores a través de la cual buscan mejorar la calidad de vida de las personas en el medio rural. La administración dispone de servicios y líneas de ayuda y apoyo para las personas inmovilizadas o dependientes, también talleres para el autocuidado, pero no para la persona que cuida, generalmente mujeres. “Lo que hemos detectado en este año que llevamos trabajando aquí, es que la persona cuidadora nunca tiene a alguien que le cuide. Un cuidador que puede echar años realizando esta labor, suele dejar su vida y/o su salud, cuidando a otra persona”, subraya Nabor Pereira, quien explicó que los talleres están orientados “a intentar preservar la salud física como la mental. Hay obradoiros impartidos por especialistas en psiquiatría, fisioterapeutas, enfermeras, trabajadora social. Intentamos, en un formato muy reducido, dar una información para empoderar al cuidador”. Desde su puesta en marcha a principios de año, la afluencia de participantes ha ido incrementando, desde las nueve personas que acudieron a la primera sesión a las 18 que esta semana se reunían en el centro de salud. Vecinas de Celanova, pero también de Cartelle, Ramirás o Quintela de Leirado que evocaban sus tiempos de juventud con el regreso a las aulas con talleres teórico-prácticos que imparten formación, pero también apoyo, solventando dudas e compartiendo inquietudes con otras cuidadoras, tanto con familiares al cargo o con quienes se dedican profesionalmente a la atención sociosanitaria. Tras las primeras sesiones, organizadores y participantes coinciden en que está siendo una experiencia “buenísima” que “hacía falta”. “Todos estos tics son importantes para uno”, comentaba Marlene Fernández de Ramirás, quien subrayaba especialmente el hecho de que “nos sentimos acompañadas, como que alguien se ocupa de nosotras”. María Álvarez de Celanova cuida de su marido dependiente. “Me aporta muchos conocimientos porque yo vengo de la nada... Yo solo sabía ponerme el termómetro para la fiebre. Una lo tuvo que aprender de la universidad de la vida”, recuerda, contenta de tener ahora unas nociones para cuidar y cuidarse. El apoyo psicológico, subraya, es también importante. “Parece que no, pero te animan, te estimulan”, dijo. La Escola de Coidadores, que permite a los profesionales trabajar con la comunidad fuera de las consultas favoreciendo el intercambio de conocimientos y afianzando la relación profesional-paciente, proseguirá el lunes, día 29 a las 16,30 horas, con una charla sobre “Mecánica corporal, prevención de lesión de costas e de solo pelviano”. La idea del equipo promotor es llevar esta experiencia piloto a otras áreas y también, dentro de la propia comarca, a los concellos más pequeños y alejados. “Aunque no sea toda la serie, si pequeños obradoiros según la necesidad”, dijo Pereira.