La villa de San Rosendo, que está viviendo su particular agosto con una nutrida presencia de turistas y el regreso de muchos vecinos que viven fuera durante el año, colgó ayer el cartel de completo en la “Festa da Faba”. El evento gastronómico que desde hace unos años trata de poner en valor la “faba das sete semanas”, que es típica de esta zona, fue un punto de encuentro para vecinos y visitantes, y también el broche gastronómico a una programación que, a lo largo del fin de semana, combina música, antigüedades y atracciones de ocio para los más pequeños.
Los 25 grados que ayer alcanzaron los termómetros en la capitalidad comarcal no impidieron que, a mediodía, unos 300 comensales se congregasen en el Claustro Barroco del Monasterio para participar en la celebración, si bien más de uno optó por llevarse el táper y degustar del potaje en casa. “Vémonos o día 30 na festa da carne ao caldeiro en Prado de Sande”, animaba el cocinero, después de poner a remojo las alubias del menú dominical, donde volverá a abrir sus puertas la feria internacional de antigüedades y artesanía en los laterales del claustro procesional y, para los niños, el taller de queso y las atracciones en la Alameda.
Presentación de Big Band
El desfile del diseñador local Ismael Núñez complementó la jornada del sábado donde actuó el grupo Lembranza Solpor y el trío Azar en la verbena de la Praza Maior. Hoy a las 19,00 horas será el turno para la presentación y actuación de la Big Band de la Banda de Música de Celanova.
