Pudin de castañas, tiramisú de queso o brunch son algunos de los postres que elaborarán los participantes del curso de pastelería y repostería para empresarios de hostelería de la comarca, dentro del ciclo de actividades organizadas por la Fundación Comarcal para contribuir a la formación y profesionalización del sector.
Las cocinas del antiguo Hotel Betanzos de Celanova han vuelto a la actividad para acoger un curso de pastelería y repostería para trabajadores en activo del sector de hostelería. Se trata de un taller para presentar las últimas tendencias dentro del mundo de los postres. Unas novedades donde tienen especial protagonismo los semifríos y las mouses, explica el monitor y profesor del Centro de Formación de Hostelería de Ourense, Arturo Prado. Organizado por la Fundación Comarcal Terra de Celanova, en colaboración con la Federación provincial de Hostelería, este taller está incluido en el ciclo de cursos que llevamos organizando desde la Fundacion en los últimos seis años con la finalidad de contribuir a la formación y profesionalización del sector hostelero de la comarca, explicaba Milagros Puga, gerente de la fundación.
Durante dos semanas, cerca de una veintena de trabajadores de distintos restaurantes y cafeterías de la comarca, además de alguna persona desempleada vinculada al sector de la hostelería aprenderán sobre todo a tener paciencia. En general, la mayoría de los establecimientos se centran en la comida y dejan los postres para el final. Así que, quitando el flan o el arroz con leche, el que más y el que menos opta por comprar los postres hechos, aseguraba Prado Puga quien lleva ocho años impartiendo este curso en diferentes localidades ourensanas.
Pudin y helado de castañas, tiramisú de queso, brunch o tartaletas de fruta son algunos de los postres que se elaborarán cada tarde de 17.00 a 20.00 horas en Celanova y que, a buen seguro, después pasarán a integrar la carta de los establecimientos celanovenses.
Durante dos semanas, cerca de una veintena de trabajadores de distintos restaurantes y cafeterías de la comarca, además de alguna persona desempleada vinculada al sector de la hostelería aprenderán sobre todo a tener paciencia. En general, la mayoría de los establecimientos se centran en la comida y dejan los postres para el final. Así que, quitando el flan o el arroz con leche, el que más y el que menos opta por comprar los postres hechos, aseguraba Prado Puga quien lleva ocho años impartiendo este curso en diferentes localidades ourensanas.
Pudin y helado de castañas, tiramisú de queso, brunch o tartaletas de fruta son algunos de los postres que se elaborarán cada tarde de 17.00 a 20.00 horas en Celanova y que, a buen seguro, después pasarán a integrar la carta de los establecimientos celanovenses.
