Dos movimientos sísmicos de 2 y 2,3 grados de magnitud en la escala de Richter sacudieron en la noche del miércoles varias parroquias del ayuntamiento de A Bola. Los seísmos, según informaba el Instituto Geográfico Nacional a través de su página web, tuvieron su epicentro a unos 11 kilómetros de profundidad en el núcleo de Cacabelos, aunque se dejaron sentir en buena parte de la zona sur del ayuntamiento, así como en el vecino municipio de Allariz.
El primer temblor, de 2,3 grados, se registró a las 21,42 horas y alrededor de las 23,10 horas se sintió el segundo, ambos percibidos por la población local que avisó del seismo al servicio de Emergencias 112, aunque hasta la fecha no se tiene constacia de que se registraran daños materiales. 'So sentín ún, o primeiro. Houbo un ruido forte e de súpeto un movemento que fixo temblar toda a vivenda', confesaba Isolina Pérez González, vecina del pueblo de Sorga que, con el miedo todavía en el cuerpo, relataba cómo 'asomeime á terraza e estiven esperando por si se repetía ou alguén máis salía a rúa. Pero como non pasaba nada, marcheime para a cama'.
SENSACIÓN DE MAREO
Unos kilómetros más al norte del ayuntamiento, en As Mamoelas, los movimientos sísmicos pasaron prácticamente desapercibidos para los 17 vecinos que residen en el núcleo rural . 'Sí que notamos un ruido, pero pensamos que procedía de una cantera cercana', señalaban los residentes.
La noticia del seísmo fue el centro de las conversaciones en el pequeño ayuntamiento de la comarca de Terra de Celanova. 'É como ter unha sensación de mareo e claro que pasas medo, sobre todo ao pensar que a casa poida vir abaixo', comentaba Isolina Pérez que, junto a su convecina Hortensia Varela Sandiás, recordaba los terremotos que en la década de los noventa sacudieron el ayuntamiento durante más de una semana. 'Aquel si que daba medo, vibraban as ventás e os armarios', relataban Isolina Pérez y Hortensia Varela.
SENSACIÓN DE MAREO
Unos kilómetros más al norte del ayuntamiento, en As Mamoelas, los movimientos sísmicos pasaron prácticamente desapercibidos para los 17 vecinos que residen en el núcleo rural . 'Sí que notamos un ruido, pero pensamos que procedía de una cantera cercana', señalaban los residentes.
La noticia del seísmo fue el centro de las conversaciones en el pequeño ayuntamiento de la comarca de Terra de Celanova. 'É como ter unha sensación de mareo e claro que pasas medo, sobre todo ao pensar que a casa poida vir abaixo', comentaba Isolina Pérez que, junto a su convecina Hortensia Varela Sandiás, recordaba los terremotos que en la década de los noventa sacudieron el ayuntamiento durante más de una semana. 'Aquel si que daba medo, vibraban as ventás e os armarios', relataban Isolina Pérez y Hortensia Varela.
