El silencio, la paz y la armonía que emana el pétreo Claustro Barroco del Monasterio de San Salvador de Celanova se convirtió ayer en el mejor escenario posible para la segunda jornada de yoga promovida este verano por el equipo de +Deporte de La Región para fomentar actividades deportivas al aire libre.
Los martes de yoga, a cargo de la monitora Estela Castro, empiezan a convertirse en una cita ineludible para ejercitar cuerpo y mente y todo un regalo para los sentidos si se produce en escenarios como el BIC celanovés. “Estar aquí es un lujo, un marco incomparable que invita a la introspección, a conectar con uno mismo”, declaraba antes de extender las esterillas la veterana monitora deportiva, especializada desde hace años en pilates y yoga.
Con un hilo musical relajante, la clase donde no faltó el tradicional saludo al sol o la postura del guerrero, fue evolucionando al compás del ritmo y los conocimientos -algunos muy avanzados- de los cerca de 50 participantes en una exitosa sesión celebrada al atardecer en una villa con una gran afición a esta disciplina milenaria.
La próxima cita con el yoga de +Deporte, el día 26 de julio en el Parque dos Patos de Barbadás.
