El coro alto celanovés acogerá mañana sábado, a las 12,00 horas, el concierto de Roberto Fresco. El organista de la Catedral de la Almudena vuelve después de una década para la clausura de las “X Xornadas de Órgano de Ourense” que organiza la Asociación Un rato no tubo.
¿Qué se encontrará el público asistente al concierto?
Un programa que está pensado y construido en torno a las dos fiestas litúrgicas que tendrán lugar la próxima semana: la Santa Trinidad el domingo y el Corpus Christi. Desde música barroca hasta el siglo XX que, si bien eran muy populares cuando yo era pequeño, se han ido perdiendo.
¿Qué situación atraviesa?
El órgano es una parte del patrimonio, es importante y da vida y aporta a todo lo que tiene a su alrededor. Después de años de abandono y deterioro, derivado de la situación que atravesó el país tras la Guerra Civil y posguerra, en los años 80 y 90 del siglo pasado empezó a cambiar la tendencia. Pero no vale solo con restaurar el instrumento, es necesario que la sociedad sea consciente de lo que tiene y, por lo general, suele ser un grupo pequeño quien lo percibe.
¿Cómo se puede revertir eso?
El problema del órgano es que se trata de un patrimonio que hace música. Nuestra cultura es una cultura visual, que entra por los ojos y no por los oídos. Somos un país con mucha luz y que valora el gran patrimonio arquitectónico, al contrario de lo que ocurre igual en el norte de Europa, donde no hay tanta luz y le prestan su atención a la cuestión musical. Los músicos tenemos una responsabilidad muy importante y estamos obligados a trabajar para revertir eso. La educación es clave.
Usted ya ha estado en Celanova, ¿qué recuerdo tiene?
El recuerdo que yo guardo de aquellas dos estancias, hace ya bastante tiempo, es muy bueno. Hacía poco que se había restaurado el órgano y me quedó grabado todo lo que envuelve al instrumento, de la luz, del olor del monasterio,...
¿Qué supone ser el titular de la Catedral de la Almudena?
Es un privilegio porque se celebran cosas que no se celebran en otros sitios, cosas bonitas, como bodas reales, pero también momentos tristes como los funerales del 11-M, las catástrofes… Son momentos difíciles también a nivel personal.
