Vilanova lloró de nuevo al párroco asesinado en 2015

Nueve años después del brutal crimen, una asociación mantiene vivo su legado solidario

Los vecinos de Vilanova dos Infantes y de otras localidades como Celanova y su entorno recordaron ayer al párroco asesinado hace nueve años, Adolfo Enríquez Méndez, cuyo crimen continúa sin resolver. Fue una jornada de exaltación de la figura de ese sacerdote que coinciden en calificar como “una gran persona”, de demostraciones de respeto, y también reivindicativa, reclamando justicia.

Primeramente, tenía lugar una pequeña concentración en la plaza del pueblo, en donde se guardó un minuto de silencio, como muestra del pesar que sienten quienes le conocían, y también reclamando que continúen las investigaciones para dar con los autores del asesinato. 

En esa línea, los jóvenes de la asociación que lleva el nombre del cura, Adolfo Enríquez, leyeron un manifiesto “exaltando su figura, destacando el papel importante que tuvo en Vilanova y pidiendo justicia”, matizaba David Núñez, presidente de la entidad juvenil, que se constituyó el pasado año para mantener viva su memoria.

A continuación, los asistentes se desplazaron hasta el cementerio para realizar una ofrenda floral, antes de la celebración de la misa.

La asociación reúne después de un año a una treintena de jóvenes de toda Celanova con la que “continuamos el legado de acción social de Don Adolfo, que siempre se preocupaba por las personas mayores y por los jóvenes, una figura que representaba la unidad y la solidaridad”, apunta David Núñez, que junto con Javier Antelo, fueron los monaguillos del desaparecido párroco y que quieren con esta asociación dar a conocer su gran valía a las futuras generaciones.

De esta forma, la entidad ha organizado bingos populares para recaudar fondos para entidades sociales, un encuentro juvenil, un festival solidario para recoger alimentos y un taller de alfombras florales, entre otras iniciativas a lo largo de este último año.

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