Celanova
Devoción mariana en Celanova
Los campos de Rabal, en Celanova, mudaron ayer su natural estampa campestre por una marea de coches en el día grande de la Virgen de la Armada. Cerca de un millar de fieles se dieron cita en la romería en honor a la virgen "abogosa" de la cabeza, pese a caer la fiesta entre semana. Desde A Merca, Taboadela, Ourense o Lobeira, se desplazaron los feligreses, la mayoría en coches particulares, aunque también se dejaron ver en la misa de mediodía contados peregrinos que hicieron a pie el recorrido desde Celanova. "É unha virxe moi querida, xa se viu na novena onde a afluencia non baixou de 220 persoas cada día", reconocía Benito Gómez, uno de los párrocos que ayer presidió la eucaristía presidida por el titular Manuel Rodríguez Seguín y el arcipreste Jorge Estévez.
Dos nombres propios protagonizaron la jornada solemne. El primero Ramón Santana, constructor del santuario recientemente fallecido al que el pueblo de Rabal quiso recordar con el descubrimiento de una placa en el palco. Miguel Barreto, ganador del certamen literario, fue el otro protagonista, "porque a través da escritura tamén se pode profundizar na fe e o amor a Deus", apuntó Rodríguez.
El santuario, donde se sucedieron las misas en toda la jornada, incluyó una variada exhibición gastronómica con puestos de pulpo, pan y dulces típicos, y musical, con la Coral de Poulo, Los Trobadores y D'Lider. Hoy jueves, volverá a haber misas en la Armada, y a las 21,00 horas, fin de fiesta con Israel Espectáculo.
