Exquisita exposición del impresionista Monet en la galería londinense Helly Nahmad

Uno de los cuadros expuestos. (Foto: EFE)
La galería Helly Nahmad, de Londres, ha organizado una pequeña exposición del pintor impresionista francés Claude Monet (1824-1926) con motivo de la ‘semana grande’ del arte en la capital británica.
Coincidiendo con la presencia en esta capital de coleccionistas de todo el mundo para asistir a la feria Frieze, Nahmad ha conseguido reunir un grupo de obras de distintos períodos del artista, algunos de su propia colección y otros de colecciones privadas o públicas como el museo Kunsthaus, de Zúrich (Suiza).

Monet, cuyo cuadro ‘Impresión: Amanecer’, que se conserva en el museo Marmottan, de París, con su extraordinaria armonía de cielo y agua, dio el nombre al movimiento impresionista, se refugió durante la guerra francoprusiana de 1870-71 en Londres, donde estudió a Turner y Constable, y viajaría luego en varias ocasiones a esta capital.

La influencia de esos dos pintores ingleses, sobre todo del primero, puede verse en algunos de los cuadros expuestos, como una vista de Venecia que muestra el célebre Palacio Ducal desde la Iglesia de San Giorgio, bañada en tonos dorados.

De Venecia también es su vista parcial del pequeño palacio Contarini, de 1908, con su plétora de arcos y columnas reflejados en las aguas del canal, que ocupan más de la mitad inferior del cuadro.

Monet pintó en esa misma ciudad el Rio de la Salute, con su puente arqueado, en tonos que van de distintas tonalidades del rojo y el amarillo al verde y el azul en una gran sinfonía cromática perfectamente equilibrada.

Hay en la exposición londinense una vista de las Casas del Parlamento de esta capital, con un cielo rojizo como un incendio que se refleja en las aguas agitadas del Támesis, y otra del puente de Watterloo, apenas entrevisto entre la niebla, con sus tonalidades violetas y verdes y un reflejo iridiscente que prefigura la abstracción.

Hay también paisajes de vibrante y luminoso colorido de Argenteuil, el pueblecito en las márgenes del Sena, con sus regatas y sus veleros.

En esos paisajes, ya sean fluviales o marinas, como las espectaculares formaciones rocosas de Aiguille d'Etretat, que fascinaron a los impresionistas, aparecen con frecuencia figuras diminutas, como si el pintor tratara de humanizar de esa manera a la naturaleza.

Al mismo tiempo, en todos los cuadros se observa cómo el artista se aleja progresivamente de la tradición y va afianzando la identidad de la pintura como una nueva realidad, un objeto dotado de su propia estructura y sus propias leyes y que no es ya una simple ventana abierta a la naturaleza.

Es el final del realismo ilusionista heredado del Renacimiento y el comienzo de una gran revolución que va a llevar finalmente al cubismo y a la abstracción.

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