El Celanova encontró en casa al entrenador que sustituye a Manel Vázquez y que hoy afrontará su primer entrenamiento. Se trata de Ángel Mociño, que vuelve a sentarse 12 años más tarde en el banquillo de San Rosendo, con el que alcanzó el último título de liga y el ascenso a la Preferente. “Soy de esta villa, jugué aquí y también hay un vínculo importante entre lo que son las escuelas deportivas y el primer equipo. Creo que llevan muchos años trabajando, reflotando al club y, a nivel social, tanto la directiva como los jugadores y entrenadores que han pasado consiguieron estabilizar el equipo entre los importantes en la provincia”.
Según el nuevo técnico, que para nada lo tenía en mente, “surgió esta situación que nadie la esperaba, ni tan siquiera tenía pensado volver a entrenar ni muchísimo menos, pero es una situación prevista, poco anómala, porque al final vas arriba, no habían perdido y lo normal es que las cosas y todo el mundo estuviera contento y enchufado en el objetivo que tienen este año de pelear el ascenso. Hay que tratar de buscar una solución lo más rápida y menos traumática posible para salir de este momento y estabilizar todo”.
Conocimiento
Ángel Mociño, que estará acompañado por Germán Reza y Javier Sánchez, espera, desde la cercanía, “ayudar, que fue lo que nos motivó para aceptar”.
La inmensa mayoría de la plantilla pasó por sus manos en las escuelas deportivas. “Precisamente, esa parte del vínculo también la generaron el trabajo en la base durante todos estos años procedente de esa formación. Además de toda la gente que viene de fuera para aportar y subir el nivel del equipo. Se trata de facilitarles el poder competir en una categoría mayor, algo que se merecen tanto los jugadores, como la directiva por el trabajo que está llevando durante tanto tiempo. Y la afición del Celanova, que es muy importante”.
Lo que sí deja claro es que “en estos momentos hay un trabajo acumulado, que entiendo que fue bueno, porque la gente que estaba sabe entrenar y los resultados también eran positivos. Por eso, el de cambiar no tiene mucho sentido y lo normal es apostar por una línea continuista y, a partir de ahí, lógicamente ir metiendo pequeños matices porque cada uno vemos el fútbol de una manera más personal, pero al final los protagonistas son los jugadores”.
