Es, pues, el arreón final para un Ourense Envialia que lleva pidiendo la hora desde hace tiempo. En mitad de tabla y sin opciones de play off ni peligros por el descenso, le toca seguir cubriendo etapas en el primer curso del proyecto de Raquel Mondo.
El pasado sábado en Zaragoza, las ourensanas reaccionaron bien al primer tanto local hasta tomar la delantera (2-3), pero cuando el equipo que más se jugaba, el maño, echó el resto inmerso en la lucha por la permanencia, volteó el marcador hasta quedarse con el triunfo (5-3).
Ahora ya solo faltan dos citas ante conjuntos madrileños. El primero, el sábado en Os Remedios ante un CD Leganés que roza la permanencia, aunque querrá certificarla de forma matemática. Un triunfo sería definitivo, aunque podría llegarle un empate y posiblemente el botín que ya tienen las pepineras sea suficiente.
Para el Envialia será el último partido del curso como local en una temporada de transición. Última oportunidad de dar a la afición una alegría en un curso en el que los éxitos han llegado a cuentagotas.
