Bajón final en A Moreira (1-1)

Los jugadores del Antela celebran el gol de Fabio Losada, ayer en el campo de A Moreira. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Los jugadores del Antela celebran el gol de Fabio Losada, ayer en el campo de A Moreira. XESÚS FARIÑAS
El Villalonga empató justo en la jugada siguiente a una contra en la que Joni tuvo la ocasión de cerrar el encuentro

Cuatro jornadas sin ganar: derrota, empate, derrota, empate. Es la secuencia del Antela en el último mes. La igualada tampoco saca de pobre al Villalonga, que continuará en el borde del abismo del descenso. Arrastres aparte, que aún pueden dar algún disgusto al que menos se lo espera, lo peor para los ourensanos es que encajaron el 1-1 definitivo a falta de once minutos y después de que Joni no pudiese con un defensor en un uno contra uno que olía a sentencia. Poco antes la tuvo más clara todavía,  la irrupción de Pedro por banda derecha acabó con un balón de gol que no se consumó. 

Desde el octavo minuto mandaban los blanquinegros, Pedro encontró el hueco que buscaba en el centro de la defensa pontevedresa.  Fabio Losada recibió la pelota y golpeó con fuerza, la suficiente para que terminase entrando pese a que tocó el guardameta.  Porque hace mucho que no gana o por lo que fuese, el Antela pasó media hora larga más centrado en destruir que en seguir construyendo. Lo aprovecharon los visitantes para controlar la situación. Y para acercarse al empate también, primero con una falta que puso Tomás Abelleira que nadie remató, después con un cabezazo forzado de Eloy que llegó a tocar en el poste y sobre todo con una pifia descomunal en el remate de Marcos Blanco.

Pasada la marejada sacó la cabeza el Antela para decir “aquí estoy yo”, Rodri tuvo que sacar una mano fuerte abajo para repeler el derechazo de Joni, antes de volver a dejar clara su flexibilidad para sacar junto al larguero el sartenazo de Cole. En una recta final intensa, Tumbeiro apareció para rematar arriba una pelota que quedó muerta en el área pequeña.

Poco cambió el decorado tras el descanso, el Antela vivía cómodo, siempre a la espera del zarpazo que cerrase el partido. Pudo haberlo encontrado con un cambio de orientación que dejó a Poli Romero en una situación óptima. Controló muy bien, resolvió muy mal. También de controles pudo hablar Tumbeiro, el remate le salió demasiado flojo.

Llegó la irrupción furiosa de Pedro, imparable. Dejó para Joni, que quiso controlar en vez de golpear de primeras. Le dio tiempo a reaccionar al portero, que le quitó la pelota. Llegó acto seguido esa contra en la que Joni no pudo con el defensor, que inició la jugada entregándole el balón a Moncho Fontán, que cambió por completo el juego para dejar a Cavani ante el gol. Lo marcó. Bajón en A Moreira, perfectamente comprensible. Y el domingo, el derbi en el Arjiz frente al Verín.

Te puede interesar