ENTREVISTA

Bea Seijas: el fútbol sala en el ADN

photo_camera Bea Seijas.

“Si lo que hacemos las chicas del fútbol sala en Ourense lo hicieran los chicos se le daría un mayor valor”. La veterana jugadora del Ourense Envialia, a punto de cumplir 41 años, sigue con la ilusión de la joven que está empezando

Hablar de Bea Seijas es hacerlo de toda una referencia en el fútbol sala ourensano, gallego y nacional. Esta ferrolana, con 40 años a sus espaldas, sigue dando lecciones cada semana en las canchas demostrando que la calidad y la inteligencia no tienen edad. Llegó casi por casualidad a Ourense cuando tenía 24 años y aquí continúa. Ahora da sus últimos coletazos en el Ourense Envialia, aunque conociéndola nunca se sabe donde estará su final.

"Cuando llegué nunca pensé que estaría aquí tanto tiempo, salí de Coruña por cambiar de aires y lo que son las cosas, 16 años después aquí sigo", afirma la jugadora. Bea había decidido colgar las zapatillas ante la saturación que sufría pero la llegada del Óscar Vivián al banquillo propició su vuelta. El técnico tenía claro que quería recuperarla y no descansó hasta que la convenció. Y no se equivocó. Bea Seijas siempre fue un poco 'guerrera' fuera de la pista, aunque ella prefiere definirse como "toca narices. No soporto las injusticias y en el deporte femenino hay muchas. A nuestro alrededor hay gente que solo está por el interés. Creo que el noventa por ciento de las jugadoras hacemos grandes esfuerzos y sacrificios para que unos pocos se aprovechen del deporte femenino. Es algo que no soporto y aunque no podemos hacer mucho, por lo menos yo no me callo".

Y pone un ejemplo muy gráfico: "Imaginemos que lo que estamos haciendo las chicas del fútbol sala en Ourense lo hicieran los chicos, estoy segura que se le daría un valor enorme. Es la diferencia y después me pretenden convencer de que hay igualdad".

Sin embargo, no acierta a encontrar un por qué: "No se le da el valor que tiene a lo que hacemos, dos equipos en la élite es muy complicado. A mí, que no soy de Ourense, me parece una vergüenza la poca repercusión que se le da en la ciudad, que no se cuide ni se mime cuando se tiene algo bueno. No lo puedo entender".

Y añade: "El sábado jugamos en Logroño a las seis de la tarde, salimos a las siete de la mañana, llegamos a Logroño, jugamos y vuelta a Ourense toda la noche en autocar, y así una semana sí y otra también".

Y todo esto, por una pequeña remuneración: "Vivir del fútbol sala femenino es imposible, sabemos que estamos en un momento fastidiado tanto laboral como económico. Aunque esto te gusta mucho siempre buscas tener una estabilidad. Yo por ejemplo, después de tanto tiempo, casi tengo aquí mi vida, mis amigos, la familia está cerca pero sin un trabajo no sabes donde puedes terminar".

Aunque tiene claro que no le importaría seguir ligada al fútbol sala: "La verdad es que no sé de qué forma pero me gustaría para intentar seguir mejorando este deporte. Son tantos años que ya no sé si sabría vivir sin el fútbol sala".

Bea Seijas parece estar viviendo una segunda juventud deportiva: "Me encuentro bien, mejor de lo que pensaba. Cuando volví lo hice con la idea de ayudar a las más jóvenes, dar minutos de descanso, pero me estoy sorprendiendo a mí misma. Es verdad que cuando jugamos partidos entre semana me cuesta más recuperar pero no creo que me pueda quejar". Y tiene claro que "la genética tiene mucho que ver. Es verdad que nunca tuve lesiones, siempre me cuidé, entreno a tope y con los años vas cogiendo experiencia y ahorrando esfuerzos, pero la genética es fundamental y eso fue cosa de mis padres" (se ríe).

El relevo

Con la experiencia después de tantos años de actividad es normal que mire a lo que viene detrás: "¿Relevos en jugadoras ourensanas? Cada jugadora tiene sus características pero ahora mismo en Ourense tenemos unas cuantas chicas con un gran futuro No me gusta dar nombres pero en mi equipo por ejemplo Marta o Laura, o en el Burgas Vanessa o Iria son jugadoras con una gran nivel".

Y termina lanzando un mensaje al buen entendimiento entre los dos equipos: "La rivalidad deportiva es buena pero de otro tipo no la debería haber nunca. Ahora mismo creo que se limaron muchas asperezas, de lo que me alegro, y ojalá no vuelvan aquellos tiempos". Palabra de Bea, una institución.

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