Una subcampeona olímpica en Ourense, la posibilidad de competir con los “profesionales” masculinos y un error, condensar todas las intervenciones en el papel que podría realizar la bareiní Gezahegne.
El alcalde ha patinado muchas veces con el deporte y esta vez no ha sido menos. No solo ha menospreciado a los deportistas de la provincia en su afán de ser portada en medios nacionales (incluida la absurda polémica con Adrián Ben, que ni siquiera le ha contestado), sino que aún después de confirmarse su error de concepto pasó un buen rato fotografíandose con la protagonista, sin la menor química con los que realmente le votan, los atletas ourensanos, algo que seguramente le importa casi menos que el apellido del ganador en sus redes sociales. Además, como casi siempre, el forzar las cosas genera un efecto contrario y el cuarto lugar y récord de Gezahegne ha quedado minimizado de cara a los ciudadanos, que pensaban que volaría sobre el irregular trazado, no demasiado apto para florituras en forma de grandes marcas, pero eso es algo que debería saber el alcalde, autoproclamado atleta en infinidad de ocasiones (y no solo por el campeonato de monopatín).
Este tedio que generan sus filias y fobias por lo local y que hacen que en vez de promocionar lo ourensano, termine con sus habituales fuegos fatuos. “O de sempre”.
