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Fiesta completa en Barreiriños

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El Viana se coronó campeón tras igualar a dos goles con un Xunquiera de Ambía que certificó en casa el ascenso histórico a Primera Autonómica

La felicidad fue completa en el campo de Barreiriños porque al gran ambiente  y el colorido que le pusieron las aficiones del Xunqueira de Ambía y Viana, estaba en juego un título de campeón que finalmente quedó en manos de los vianeses y por el otro lado el empate a dos tantos fue suficiente para que el equipo local plasmara un histórico ascenso a la Primera autonómica.

El Viana salió con más convicción y Pablo mandaba un aviso previo al 0-1 con un remate con rosca que se fue pegada al palo izquierda. Tres minutos más tarde, un saque de falta lateral que se desvió en la mano de un integrante de la barrera determinó el penalti que transformó Héctor con solvencia.

El Xunqueira intentó responder, pero el cabezazo de Pedro se  fue apenas desviado. La respuesta vianesa no se hizo esperar, pero Fran respondió al remate de Pablo.
El partido entró en una fase donde cada ataque visitante entrañaba riesgo, pero el Xunqueira se encomendaba a Anxo que pudo empatar con un punterazo que salvó Aarón mandó al córner.

De otro saque de esquina nació el 0-2. Lo ejecutó desde la derecha Pablo para que Héctor entrando por el primer palo definiera con gran precisión. El título estaba en sus manos y el Xunqueira veía peligrar su ascenso ante las noticias recibidas desde Paderne.

Pero de la manera más inesperada recortó distancias. Una falta colgada sobre el área por parte de Luis que en su intención de despejar Iago la metió por la escuadra de su propia portería. Antes de marcharse al descanso el Xunqueira pudo empatar, pero el remate de Anxo se estrelló en el palo y el posterior lo salvó Aarón.

Gol, empate y confraternidad
El equipo local, comandado por un insaciable Anxo fue arrinconando al Viana que acusó el esfuerzo y por entonces era salvado por Aarón o los palos. Pero la justicia en forma de empate lo materializó Anxo con un zurdazo ajustado al palo derecho.
 Con el pitazo final del árbitro se desató la lógica alegría de dos equipos que cumplían con sus objetivos disfrutando en un ambiente de gran camaradería sus aficiones que ya son de Primera. 

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