Entrevista con Beatriz Seijas, una de las mejores jugadoras de fútbol sala que ha dado nuestra comunidad, y a la que aún le queda cuerda
Estaba escrito en el destino que Beatriz Seijas tenía que ser jugadora de fútbol sala femenino. Y no una cualquiera, sino una de las mejores que dio Galicia. Además, esta ferrolana tiene cuerda para rato porque pese a sus 40 abriles, todavía sigue dando clases magistrales en muchos partidos a chicas, que en muchos casos podrían ser sus hijas.
Sus comienzos fueron casi al poco de nacer. Así lo indican sus primeros recuerdos: " la verdad es que casi desde que tengo uso de razón recuerdo jugar en el pasillo de casa con mi primo y a partir de ahí hasta hoy". Ni más ni menos que 30 años jugando, que se dice pronto.
Todo comenzó a los diez años en el equipo de su pueblo, el Lago de Ferrol y de ahí al Sal Lence de A Coruña. "Eso ya fue otra historia, teníamos un gran equipo, como lo demuestra el ganar ligas, copas, una Supercopa o una Copa Ibérica, guardo muy buenos recuerdos".
Desde Coruña llegó a nuestra ciudad, de eso hace ya 16 años, y aquí sigue. "Primero estuve en el Ourense donde hicimos doblete y después pase al Ponte donde sigo, de momento...(risas)."
En el Ponte logró otra Liga, una Supercopa y una Copa Ibérica con lo que casi se podría decir que es una coleccionista de títulos. Sin embargo ella no lo ve así: "Creo que es casualidad, sí es verdad que una hace lo que puede pero no es menos cierto que también estuve en buenos equipos y rodeada de grandes jugadoras".
Los más de 30 años que lleva jugando al fútbol dan para un montón de anécdotas y recuerdos, aunque matiza que no todos fueron positivos. "Claro que hubo de todo, buenos, regulares y malos, pero yo trato de quedarme con los mejores, aunque tendrás que entender que en tanto tiempo tiene que haber de todo". Bea recuerda dos especialmente, "en lo deportivo lo tengo muy claro, el ascenso a División de Honor con el Ponte, se jugó en Ourense ante nuestro público y con nuestras familias arropándonos desde la grada, sin duda fue el mejor. Y en general con tantos años al pie del cañón me quedo con la cantidad de gente que conoces, los muchos amigos que vas haciendo a lo largo de los años y lugares que conoces, tengo muy claro que al fútbol sala le estaré agradecida toda la vida".
Aun así reconoce que en tanto tiempo hubo momentos que estaba saturada: "En tantos años es normal pasas por muchas fases y es verdad que hubo momentos que estaba cansada y harta, de hecho lo dejé un par de veces. La primera vez se lesionó Laura y me pidieron que volviera y acepte. La segunda fue hace dos años, pensé que no volvería a jugar, llevaba año y medio parada y se dieron una serie de circustancias que propiciaron mi vuelta y la verdad, ahora mismo vuelvo a estar muy enganchada" y sobre una tercera retirada "pues de momento va a ser que no, aunque quiero hablar con el entrenador pero me imagino que seguiré otra temporada más".
Teniendo en cuenta las diferencias de jugar en los años ochenta hasta hoy, es lógico pensar que el mundo del fútbol sala femenino ha cambiado. "La verdad es que mejoró en material, en canchas, en los equipos en general, pero yo en 30 años que llevo jugando creo que no mejoró todo lo que tenía que mejorar, aún estamos a años luz del masculino".
Y es aquí cuando al a protagonista le sale la vena reivindicativa, aunque con los años se va haciendo más tranquila: "Siempre pelearé por el fútbol sala femenino porque creo que las federaciones y los organismos nos valoran muy poco. Les pediría que se impliquen un poquito más, que se pongan las pilas, es muy necesario".
Una jugadora siempre agradecida a este deporte, "es que es mi pasión, el fútbol sala para mi es mi vida".
Miles de kilómetros recorridos para una trayectoria que muy pocas jugadoras pueden igualar y que después de cientos de partidos todavía reconoce que "cuando salto a la pista aún hay cosas que me sorprenden" y que asegura que "yo siempre defendí que para ganar no vale todo". Palabra de Bea Seijas.
