Incertidumbre. Es la mejor palabra para definir por donde puede pasar el futuro del fútbol. Tras múltiples reuniones entre todos los estamentos, a día de hoy nadie puede aventurarse a decir una fecha para volver a jugar. Ni siquiera a certificar, con ciertas garantías, si las competiciones volverán a reanudarse o se quedarán así. Por el momento toca seguir esperando.
Rubén Arce Lorenzo, delantero de la UD Ourense tampoco lo tiene claro. "Pasan los días y cada vez queda menos tiempo y aún no se sabe cuando va acabar esto. Creo que toma fuerza la opción de que no se vuelva a jugar, pero ya veremos, no se sabe". Arce, es uno de los "privilegiados", como reconoce: "No me puedo quejar. Estoy con mis padres y mi hermano en casa. Vivimos en San Lorenzo de Piñor (muy cerca de la capital) en una casa y con un jardín y eso te da mucha vida". Aunque afirma que lleva "desde el jueves 12 de marzo y salí un par de veces. Creo que lo llevo bien, pero es cansado y a veces le das vueltas a la cabeza, pero no queda más remedio que aguantar y esperar a que acabe esta pesadilla".
Una situación diferente es por la que pasa su compañero de equipo Diego Vieytes, que tiene claro que "al vivir en un piso se lleva peor. Y más, como es nuestro caso, si no tienes ni terraza ni balcón, algo que echamos de menos, pero que le vamos a hacer".
Esos sí, tiene un entretenimiento que apenas le deja tiempo libre. "Mi hijo Luca tiene 19 meses y no te deja tiempo para aburrirte. Se te pasa el día volando". Y prosigue, "fue un cambio radical. Pasamos de estar todo el día trabajando y entrenando con él en la guardería y con los abuelos a estar las 24 horas a su lado. Él es el que mejor lo lleva, esta encantado". Y más cuando llegue su hermano, ya que su mujer, Verónica, está embarazada de seis meses.
El Arenteiro
En Espiñedo también se quedaron sin fútbol. El defensa Iago Fernández, natural de O Barco, no regresó a casa y se quedó en el piso de As Lagunas, que comparte con el portero del Arnoia Borja. "Aunque apenas nos vemos. Trabaja en Aceites Abril y viene un rato a comer y a la noche". Pensó en irse para casa, pero "lo deseché para evitar riesgos, mis padres son mayores y están con mis abuelos y pensé que era mejor no arriesgar". Además, es monitor escolar en el colegio Luis Acuña: "Fuimos a trabajar un par de días más antes de meternos en casa". También tiene dudas en cuanto a la vuelta del fútbol: "El profesional seguramente ya que tiene otros intereses y medidas de seguridad, pero nuestro caso es mucho más complicado".
Su compañero Alberto Novoa, conocido como Albertito, también coincide: "No sabemos lo que pasará, pero es complicado que volvamos. Pase lo que pase habrá beneficiados y perjudicados". Ve pasar los días desde la Avenida de Portugal, junto a su madre y su hermano, en espera "de que todo esto acabe cuanto antes por el bien de todos. Es algo surrealista y una situación súper rara para todos".