El primer consejo que recibieron: pasar desapercibidos. "Nos han recomendado que si podemos estar fuera de la pista, mejor que dentro", explicaba uno de los jueces en declaraciones a este periódico, hace 25 años
Cuatro ourensanos, Jose María López del Río, José Manuel Martínez Fernández, Carmen Pérez Conde y Jose A. Dasilva González, cuatro jueces de atletismo que participarían en las Olimpiadas de Barcelona de 1992.
Los cuatro tenían detrás una intensa historia profesional, formada aquí, con copas del mundo y campeonatos de España incluidos, los cuatro comenzaron su carrera cuando el atletismo de Ourense no disponía ni de pistas y corriendo incluso graves peligros como un lanzamiento de martillo sin jaula y los jueces a pocos metros del lanzador, y los cuatro superaron un difícil examen para obtener el título que ahora los llevaba a los Juegos Olímpicos.
El primer consejo que recibieron: pasar desapercibidos. "Nos han recomendado que si podemos estar fuera de la pista, mejor que dentro. Y la vestimenta también está previsto que no sea muy cantosa", decía en declaraciones a este periódico uno de los jueces, hace 25 años.
Formarían parte de los 400 jueces olímpicos, el 60 por ciento catalanes, el 40 del resto del país y una minoría de extranjeros. Era su única oportunidad de participar en una Olimpiada y su elección para Barcelona les producía una gran satisfacción.
