El COB se enfrentará mañana (13,00 horas) en el Pazo al único equipo de la Liga más necesitado de victorias que él, el Melilla. Los ourensanos todavía tienen opciones de pelear por el play off de ascenso, los norteafricanos deben ganar los cuatros partidos que le quedan por disputar para tratar de evitar el descenso directo.
Se antoja complicado explicar desde fuera la nefasta temporada del Melilla. Desde dentro, con toda la información en la mano, tampoco será fácil. Echar un vistazo a la plantilla es suficiente para garantizar la incredulidad. Una sucesión interminable de jugadores de indiscutible calidad que no han conseguido en ningún momento formar un equipo sólido, solvente y equilibrado.
El Melilla tiene una plantilla larga, experta y con calidad. Un equipo imponente que ya mostró una mala imagen en la pretemporada en el Pazo y que podría sellar el descenso mañana en el mismo escenario.
Los que empezaron la temporada deberían bastar para competir por el ascenso. Riera y Marco como bases. Experiencia y facilidadad anotadora. Explosividad y ganas de crecer. En el perímetro, uno de los mejores tiradores de la Liga, Francis Sánchez, y uno de los 'treses' dominantes que todavía quedan, Chus Castro. Para completarlos, dos titulares, Almazán y Pakamanis. Y en la zona, los puntos de Héctor Manzano, los rebotes de Wachsmann, los centímetros de Frost, la versatilidad de Amador y la presencia de Romero. ¿Quién da más?
A ellos se fueron sumando caras nuevas para tratar de enderezar el rumbo de un equipo con una falsa sensación de solvencia que nunca llegó. Sí aparecieron los fichajes, luego las multas, las lesiones y los rumores. Ingredientes manidos en situaciones similares y que el COB padeció hace dos temporadas.
Frost salió por la ventana, Atoyebi fue un visto y no visto y Pakamanis fue expulsado del equipo tras enfrentarse a un empleado del club.
Selakovs y Scott sí aportan pero quizá demasiado tarde para un Melilla que sigue teniendo nivel para derrotar a cualquiera pero ya con demasiadas balas en el tambor ahora que está obligado a seguir jugando a la ruleta rusa. Si hoy ganan Coruña y Navarra mañana el Melilla se la juega.
El Melilla tiene una plantilla larga, experta y con calidad. Un equipo imponente que ya mostró una mala imagen en la pretemporada en el Pazo y que podría sellar el descenso mañana en el mismo escenario.
Los que empezaron la temporada deberían bastar para competir por el ascenso. Riera y Marco como bases. Experiencia y facilidadad anotadora. Explosividad y ganas de crecer. En el perímetro, uno de los mejores tiradores de la Liga, Francis Sánchez, y uno de los 'treses' dominantes que todavía quedan, Chus Castro. Para completarlos, dos titulares, Almazán y Pakamanis. Y en la zona, los puntos de Héctor Manzano, los rebotes de Wachsmann, los centímetros de Frost, la versatilidad de Amador y la presencia de Romero. ¿Quién da más?
A ellos se fueron sumando caras nuevas para tratar de enderezar el rumbo de un equipo con una falsa sensación de solvencia que nunca llegó. Sí aparecieron los fichajes, luego las multas, las lesiones y los rumores. Ingredientes manidos en situaciones similares y que el COB padeció hace dos temporadas.
Frost salió por la ventana, Atoyebi fue un visto y no visto y Pakamanis fue expulsado del equipo tras enfrentarse a un empleado del club.
Selakovs y Scott sí aportan pero quizá demasiado tarde para un Melilla que sigue teniendo nivel para derrotar a cualquiera pero ya con demasiadas balas en el tambor ahora que está obligado a seguir jugando a la ruleta rusa. Si hoy ganan Coruña y Navarra mañana el Melilla se la juega.
